Cerrar

Papandréu aplaca los ánimos

El primer ministro griego retira la consulta e insta a la oposición a formar un Gobierno de unidad. En una jornada caótica, la oposición da su apoyo al plan de la Unión Europea pero le exige que dimita.

Papandréu se dirige a los parlamentarios del Pasok, en el Parlamento griego.

Publicado por
íñigo domínguez | atenas
León

Creado:

Actualizado:

Durante toda la tarde de ayer reinó la impresión en Europa de que Yorgos Papandreu retiraba su explosivo referéndum sobre la aceptación del plan de rescate de la UE, y se respiró con cierto alivio como si se hubiera disipado una pesadilla, pero la verdad es que no era eso lo que se vivía en Grecia.

Quizá el resto de la UE confundía sus deseos con la realidad, porque lo que ocurría en Atenas era, para variar, el más puro caos. Papandreu, muy ambiguo a lo largo del día, nunca llegó a decir que anulaba el referéndum, hipotizado ahora para el 4 de diciembre, sino que estaría dispuesto a hacerlo si la oposición abandonaba su belicosidad y decía bien claro que apoyaba el plan de rescate de la UE. «Tenemos este dilema de si hacer o no el referéndum. Si la oposición se uniera a nosotros, (...) si tenemos el consenso político para aprobar el paquete de medidas no habrá necesidad de otras soluciones», explicó a primera hora de la tarde en el Parlamento.

El líder conservador de Nueva Democracia y favorito en los sondeos en caso de comicios, Antonis Samaras, ya había dicho por la mañana que apoyaba el plan de la UE, pero de ahí a concluir que todo estaba arreglado, como se hacía en el propio G-20 con indisimulada distensión, quedaba mucho. Muchísimo, como se vio al final de una jornada de continuas contradicciones que volvió a evidenciar las trampas de la política griega y dejó todo como estaba, a la espera de la decisiva moción de censura de mañana contra Papandreu. Puede perderla perfectamente, significaría su caída y elecciones anticipadas. Más caos. Si sale vivo, quizá retire el referéndum con la excusa de que ya ha logrado el consenso que pedía y aquí no ha pasado nada.

1397124194 Posibilidades. En cualquier caso, está claro que el famoso referéndum anunciado el lunes ahora es negociable y puede ser aparcado. Es más, en otra pirueta más ajena a la seriedad, Papandreu dijo que sería «feliz» si no llega a celebrarse y ya le bastaba con que «la discusión haya hecho al menos recuperar la sensatez a mucha gente». Es decir, la consulta aparece ahora como un mero instrumento que quizá ni él mismo pensó en llevar a la práctica. Es lo único parecido a una buena noticia en un panorama desalentador.

A la luz de lo ocurrido ayer, la consulta se ha revelado más bien como un vistoso sonajero que quería sacar a la oposición griega de su madriguera, para obligarle a decir que no se opone al plan de la UE, que hasta el otro día definía como «catastrófico». Un comunicado del Gobierno, también equívoco, había alimentado antes las esperanzas con estas palabras puestas en boca de Papandreu: «Aunque no se celebre el referéndum, que no ha sido nunca un fin en sí mismo, acojo con favor la posición de la oposición» de apoyar la ratificación del plan de la UE. Según confirmaron fuentes oficiales, en principio pareció posible, y así se negoció durante horas, un Gobierno de unidad nacional para superar el trance, una salida que ya se exploró sin éxito en junio.

Pero luego todo se vino abajo. Lo cierto es que ninguna de las dos partes se movió de su posición. Papandreu, que ayer se mostró siempre muy tranquilo, quería el apoyo de la oposición para retirar el referéndum, pero a las ocho de la tarde se acabó la fiesta. En su discurso en el Parlamento, Samaras exigió la dimisión del primer ministro, un gobierno de emergencia y elecciones anticipadas en seis meses.

El líder socialista, por su parte, ya había aclarado que los comicios ahora serían «una decisión desastrosa». No era lo que esperaba oír la UE y volvieron los ataques de nervios.

De este modo para saber cómo seguirá este culebrón hay que esperar a la moción de censura de hoy. Y, con los números en la mano, la mayoría parlamentaria de Papandreu hoy quedó definitivamente mermada por las deserciones de diputados descontentos, por debajo de los 152 escaños de la mayoría absoluta.

Aunque en Grecia nunca se pueden descartar sorpresas y, pese a la profunda división del Pasok, quizá cierre filas una vez más para salvar la situación. Para aumentar el suspense la votación está prevista hacia la medianoche, así que espera otra jornada de nervios, por no hablar de cuál será la reacción de los mercados, que ayer cerraron pensando que estaba todo resuelto.

Cargando contenidos...