El fondo de rescate podrá actuar en los mercados en diciembre
Con el Banco Central Europeo enrocado en que su misión no es proteger a los países de las embestidas de los mercados, la gran esperanza de la Eurozona pasa por la entrada en funcionamiento del renovado fondo de rescate. Tras meses de debate, los 17 miembros de la moneda única ultiman los detalles del refuerzo del mecanismo de emergencia para que pueda relevar al BCE en la compra de bonos. El objetivo es que el organismo con sede en Luxemburgo esté operativo el mes que viene, pero los socios son especialistas en atrancarse a última hora por discrepancias internas.
El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (Fesf) vio la luz en mayo del 2010 tras el desplome de Grecia. Concebido para afrontar nuevos rescates en la zona euro, su estructura y capacidad se han ido ensanchando a lo largo de este año ante el avance imparable de la crisis. En julio, los socios acordaron que el Fesf podría comprar deuda en los mercados para evitar convulsiones como las que ha sufrido estos días la prima de riesgo española. El inicio de las operaciones se retrasó porque los 17 países tuvieron que refrendar los nuevos poderes del organismo, lo que se prolongó hasta octubre y deparó momentos de verdadero suspense.
El lento proceso de ratificaciones, con Eslovaquia manteniendo la tensión hasta el último segundo, se solapó con una nueva escalada en la crisis. Presionado por los mercados, el club del euro articuló a finales de octubre una fallida solución integral.
Entre las medidas figuraba ampliar la dotación del fondo desde los 440.000 millones actuales hasta un billón, pero los detalles técnicos quedaron pendientes. En ese punto se encuentran actualmente los ministros de Economía, que esperan poder llegar a un acuerdo definitivo en la cumbre del día 29 de este mes.
Los responsables de Finanzas trabajan sobre dos alternativas «que no son excluyentes» para que el fondo pueda convertirse en el escudo de la Eurozona. De entrada, se analizan los detalles para avalar —se habla de hasta un 30%— las emisiones de deuda de un país.