Reforma laboral
El acuerdo de la reforma laboral choca con los salarios y el despido
Los máximos dirigentes sindicales -Ignacio Fernández Toxo (CCOO) y Cándido Méndez (UGT)- y empresariales -Juan Rosell (CEOE)- se volvieron a ver las caras ayer para tomarle el pulso al diálogo para la reforma laboral, después de que sus segundos quedaran atascados en cuestiones como los salarios, el coste del despido o la negociación colectiva. A la espera de apurar hasta el máximo el plazo dado por el Gobierno, la duda ahora es si merece la pena suscribir un pacto de mínimos, a lo que la patronal no ve sentido.
Hoy los técnicos de ambas partes repasarán el temario y decidirán. Hasta el jueves hay que esprintar, según el lenguaje del presidente de los empresarios madrileños, Arturo Fernández. El viernes, si el Gobierno tiene un papel en sus manos sobre mutuas, absentismo, resolución extrajudicial de conflictos, festivos o cualquier otro tema, el Consejo de Ministros tomaría alguna decisión o al menos sabría cuál es su margen de maniobra.
HASTA MARZO / En caso de desacuerdo total, Mariano Rajoy estaría abocado a hacer una reforma laboral por decreto cuando aún no se han cumplido dos años de la de Zapatero. El Gobierno podría esperar hasta marzo -tras las elecciones andaluzas y la presentación de los presupuestos- para presentar su texto, aunque antes regule asuntos en los que los agentes sociales están muy próximos.
Tanto fuentes sindicales como empresariales reconocieron ayer que el diálogo está «encallado». En las últimas semanas no se ha movido las posiciones y el encuentro de ayer tampoco sirvió para ello. Los sindicatos están dispuestos a la moderación salarial por un tiempo limitado --se prorrogaría el actual pacto de negociación colectiva hasta el 2014- pero no a la congelación, como pide la CEOE.
Si a la subida del IRPF se añade la congelación del salario mínimo interprofesional (SMI) y la subida de los precios -su rebaja ha sido la reivindicación reiterada de las centrales-, «este año los sueldos se deprimirán un 5%», afirmó ayer Toxo. Tanto el líder de CCOO como Cándido Méndez desean un acuerdo «equilibrado» que, según el dirigente de UGT, se ha alejado en las últimas semanas por el «vaivén» de la patronal que se ha «enrocado» en sus posiciones máximas que «no son convenientes en este momento».
EXIGENCIA DE FUERA / La CEOE niega la mayor. «No hemos planteado máximos; hemos flexibilizado las posiciones», replican. Pero el escepticismo se extiende por esta organización que se agarra a que tarde o temprano, los mercados y las instituciones europeas -personificadas en la pareja Merkel-Sarkozy- «exigirán una reforma en profundidad» en temas que supongan un cambio real del mercado de trabajo. Entre los primeros en dar casi todo por perdido está el presidente de Foment, Joaquim Gay de Montellà al afirmar, en Catalunya Ràdio, que «un final feliz no está sobre la mesa». «Lo que querrían los mercados y el empresariado», aclaró, «será difícil de alcanzar a no ser que cambien mucho las posiciones».