Diario de León

Los expertos aconsejan al Gobierno de Rajoy que genere mayor credibilidad

Apuestan por adoptar medidas para reactivar la economía y no sólo recortar.

Lagarde, directora del FMI, fue la primera en recomendar reactivarse a la zona euro.

Lagarde, directora del FMI, fue la primera en recomendar reactivarse a la zona euro.

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teresa velasco | madrid
León

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Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), fue la primera en advertir a los países del euro que tal vez haya que dejar de pisar el acelerador de los recortes y comenzar a tomar medidas que reactiven la economía, porque cumplir el objetivo de déficit está agravando la situación hasta volver incluso a caer en recesión.

La última reunión del Foro de Davos vino a confirmar las teorías de la exministra de Economía francesa, y magnates y expertos como George Soros, Nouriel Roubini o Paul Krugman nos han leído la cartilla. Hay que adoptar medidas para reactivar la economía.

Tras más de dos años de recortes, catedráticos y profesores españoles también llegan a la misma conclusión, aunque con matices. Algunos, como Rafael Pampillón, profesor del IE School Business, consideran que hay que coordinar la reducción del déficit con las medidas de crecimiento. Ninguno de los dos objetivos debe olvidarse. O como explica Eugenio Recio, profesor de Economía de Esade, hay que armonizar la política de austeridad con las medidas que se adopten para reactivar la economía.

También todos los expertos consultados ven necesario que Bruselas flexibilice los plazos y objetivos de déficit. En este sentido, Recio cree que de no dar más tiempo, «no se podrá hacer nada» ya que se tendrá que seguir recortando gasto público y subir más impuestos, lo que sería muy «pernicioso» para la hoy lejana recuperación.

Otro matiz. Luis Caramés, catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, reconoce que España «aún debe terminar el ajuste severo», por lo que el final de este ciclo será «recesivo». Por ello, justifica los recortes como única vía para «limpiar y ordenar». Y el paisaje sobre el que se debe trabajar son menores expectativas de crecimiento internacional y dilaciones de la UE, unidas a la política restrictiva de crédito desde los bancos y la atonía de la demanda.

Pese a esta radiografía, Caramés aprecia elementos «para la esperanza», como la mayor confianza que parece dar el nuevo Gobierno a los mercados, pese a la descoordinación inicial del área económica. Es justo en la confianza donde —a su juicio— se debe vencer el «círculo vicioso» de la caída del precio de los activos y la deuda (soberana y privada), que aboca a nuevas correcciones de los mercados.

Una vez lograda esa credibilidad, será posible ganar la confianza y empezar a crecer. La pregunta del millón es cómo reactivar la economía sin abandonar el objetivo del déficit. La teoría económica muestra que solo hay dos caminos. Por un lado, que el sector público comience a invertir (en infraestructuras, sobre todo) y que se estimule a la empresa privada.

A ello se sumarían las reformas estructurales. Profesores y expertos como Recio insisten en la reforma laboral, pero en una dirección distinta. De momento, ha sido positivo que se moderen los salarios, dado que facilita que las empresas aumenten su actividad y el empleo. La otra vía son las exportaciones. Hasta 1995 nuestro país podía utilizar como instrumento la devaluación de la moneda. Ahora ya no es posible. Sólo se puede esperar que el BCE siga bajando los tipos. Las empresas ganarían en competitividad, junto con la reducción de costes laborales y financieros, y de salarios.

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