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Las batallas por el poder político han contribuido a la ruina de Bankia

. Rodrigo Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid tras una encarnizada lucha por el liderazgo.

Publicado por
m. j. alegre | madrid
León

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Caja Madrid y Bancaja, las entidades que lideran la hoy nacionalizada Bankia, acumularon gruesas facturas de impagados por dedicarse a lo que, desde su nacimiento, se concibió como su función principal. Prestar a las familias de clase media baja y a los inmigrantes, con el objetivo de evitar su exclusión financiera, invertir en industrias locales y tomar posiciones en empresas de servicios nacionales así como dar crédito a los promotores inmobiliarios era, hasta que llegó la crisis, una prueba de arraigo en el tejido social del propio territorio.

Muchos proyectos sin justificación económica fueron financiados. Y Rodrigo Rato llegó a la presidencia de Caja Madrid tras una enconada batalla entre las familias del PP. Más tarde, la adscripción popular de los gobiernos de las comunidades madrileña y valenciana fue un factor decisivo en la integración con Bancaja, que adolecía de males financieros similares. Las batallas por el poder también han contribuido a la ruina de Bankia.

Rencillas

La de Caja Madrid es un paradigma. En el otoño del 2009, ya en plena recesión económica, la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, echó un pulso al líder del PP, Mariano Rajoy, al promover para la presidencia de la entidad a Ignacio González, su mano derecha. Pero quedaban heridas de una batalla anterior, ocurrida en vísperas del verano de 2008, cuando se desarrolló el debate interno del Partido Popular sobre el liderazgo de Mariano Rajoy. Una vez consolidado, Rajoy sacó a González del Comité Ejecutivo popular, junto con otros críticos.

Caja Madrid había conquistado importantes cuotas de poder. El entonces alcalde de Madrid y actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón no estaba dispuesto a perder posiciones en la entidad. Entonces apareció Mariano Rajoy postulando a Rodrigo Rato para la presidencia de Caja Madrid. Luis de Guindos, ahora ministro de Economía, apareció en algunas quinielas como candidato de consenso, —propiciado por el Gabinete deZapatero— para presidir la entidad de ahorro. Esperanza Aguirre cambió la ley autonómica reguladora de las cajas., que permitió desalojar a Blesa de su silla. Rodrigo Rato ocupó la presidencia de Caja Madrid, lo que coincidió con las primeras muestras de seria debilidad de la entidad.