Diario de León

Fernández Ordóñez acata el silencio que le impone el Gobierno de Rajoy

El gobernador del Banco de España asegura que lo hace por la «gravísima situación» del país

Fernández Ordóñez, durante su comparecencia.

Fernández Ordóñez, durante su comparecencia.

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m.j. alegre | madrid
León

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´La crisis larvada en el Banco de España tras el rescate de Bankia ha estallado en las últimas horas con gran virulencia. Por fin, el PSOE registró la petición para que se investigue el caso en el Congreso de los Diputados. Mientras, Miguel Fernández Ordóñez acudió a la Comisión de Presupuestos del Senado poco después de anunciar su renuncia anticipada al puesto de gobernador del Banco de España.

A las abundantes preguntas sobre la reconversión financiera, el todavía dirigente del organismo supervisor —que cederá el sillón el 10 de junio— respondió que ante la «gravísima situación» de desconfianza en la economía española, se sentía obligado a obedecer las directrices del Gobierno.

«Si el Ejecutivo no quiere que hable, no lo haré», dijo, en referencia al rechazo del partido popular a que comparezca en la comisión de Economía del Congreso «con luz y taquígrafos». Al final, solo comparecerá en subcomisión y a puerta cerrada el subgobernador Javier de Aríztegui dentro de una semana.

Fernández Ordóñez sugirió que callarse no era su intención inicial. Reconoció haberse sentido sentido directamente y gravemente atacado por lo que consideró una «campaña de desprestigio» dirigida contra el Banco de España.

Se había propuesto ser elegante, pero resultó explosivo. Tras declarar su intención de guardar silencio por el momento, Fernández Ordóñez dijo muchas cosas jugosas. Entre ellas, que la actual fase de la crisis bancaria «no la ha gestionado el Banco de España», en directa acusación a la acción del ministerio de dirige Luis de Guindos, que tomó las riendas de la reforma y ninguneó al instituto emisor con las nuevas exigencias de provisiones y el encargo de realizar valoraciones y auditorias por firmas extranjeras.

Como puntilla, añadió que, en estos difíciles momentos, sería peor dar cumplida respuesta a las acusaciones recibidas. «Hablaré cuando lo considere oportuno, porque en tan delicados momentos sería irresponsable», dijo, sin desvelar los motivos por los qué había decidido seguir pese a que, desde el pasado enero, se había sentído claramente desautorizado por el Gobierno del PP.

Fernández Ordóñez renunciaba así a utilizar la plataforma de las decenas de medios que habían acudido al reclamo de su renuncia anticipada. Su anunciado silencio sonó no solo reproche, sino a desentendimiento sobre la última y más polémica actuación de rescate que se plantea en el sector financiero: los más de 19.000 millones de capital público que ha pedido Bankia para seguir a flote.

El supervisor tan solo aludió de forma indirecta al impacto de esta multimillonaria cuantía. Explicó que, seguramente, «no debería alterar el tratamiento presupuestario», por tratarse de una operación que se ejecutará «de una sola vez». Interrogado sobre si afectará a la deuda o al déficit, reconoció su total ignorancia sobre la procedencia de los recursos demandados. Otra vez Banco de España habría quedado al margen. Por eso sugirió que se formulara la pregunta «a quien corresponda».

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