La UE se plantea la compra masiva de deuda para proteger a España e Italia
Bruselas alerta de que inyectar fondos de rescate solo es «paracetamol» para la crisis.
La UE empieza a plantearse soluciones verdaderamente rotundas para proteger a España e Italia de los ataques de los mercados. Ante el rechazo del BCE a comprar bonos de ambos países, los socios sopesan utilizar sus dos fondos de rescate para intervenir masivamente en los parqués y forzar una rebaja de las asfixiantes primas de riesgo. La idea, impulsada por el Gobierno italiano, permitiría movilizar hasta 500.000 millones para plantar cara a los especuladores. Bruselas ha admitido la «utilidad» del plan, pero recuerda que la adquisición de títulos soberanos sería como administrar «paracetamol» a la crisis. «No se resolverían las causas de las dudas y el nerviosismo», alertó el portavoz de Economía.
El primer ministro transalpino, Mario Monti, expuso su planteamiento durante la última jornada de la cumbre del G-20. «El objetivo es estabilizar los costes de financiación, especialmente para los países que están cumpliendo con su programa de reformas», proclamó. Italia, al igual que España, ha sufrido en las últimas semanas un feroz acoso de los mercados. Si uno cae, el otro apenas podría seguir en pie algunas semanas más. En el caso italiano, además, sus necesidades de liquidez resultan todavía más acuciantes porque tiene que afrontar una deuda del 120% del PIB, la más elevada de la zona euro tras Grecia.
Monti apostó por poner al servicio de la estabilidad financiera los dos fondos. En total, ambos mecanismos sumarían 750.000 millones, pero los socios se impusieron un límite de gasto de medio billón. De acuerdo al plan del líder tecnócrata, este dinero se emplearía para comprar deuda en los mercados en sustitución del BCE. El primer ministro italiano precisó que la entrada en escena de los mecanismos de emergencia no tendría que estigmatizar ni a España ni a Italia. «El plan debería estar claramente separado de la idea de un rescate», indicó. Sin embargo, las reglas en vigor de los dos fondos excluyen esta posibilidad. El socio que solicite la compra directa de sus bonos se enfrenta a la obligación de acelerar sus ajustes bajo una supervisión reforzada con una troika. La normativa agrega que la solvencia bancaria del país deber ser inmaculada, lo que haría muy difícil que España pudiera acogerse a la iniciativa.
Ante las estrecheces de la normativa, Monti sugiere que habría que revisarla. Para ello, es imprescindible el apoyo de los socios. De momento, François Hollande dijo que «Italia ha lanzado una idea que merece ser analizada». Sin embargo, según Angela Merkel «es inaceptable que España, a la que se le ha prometido ayuda europea, soporte unos intereses del 7% en sus bonos»