España aguarda la fórmula mágica del presidente del BCE para comprar deuda

A finales de julio, en plena tempestad en los mercados que amenazó con engullir a España, Mario Draghi se consagró como el gran domador de la prima de riesgo. El presidente del BCE juró entonces que haría «todo lo necesario para preservar el euro». «Y, creánme, eso será suficiente», apostilló con una seguridad desconocida.

Hoy, el ex gobernador del Banco de Italia vuelve al centro del escenario con las expectativas por las nubes. Se espera que desgrane su plan definitivo para reactivar la compra de deuda, una pieza esencial para garantizar la tranquilidad en los parqués. Draghi comparecerá en la sede del banco central en Fráncfort tras discutir su estrategia con los miembros del consejo de gobierno de la entidad. El antiguo emisor del marco se ha quedado solo en su negativa a intervenir en los mercados. Hasta el Gobierno de Angela Merkel apoya tácitamente la compra de deuda española e italiana, aunque quiere que estas operaciones no desborden los estatutos del BCE. Las líneas rojas serían no financiar directamente a los países y mantener a raya la inflación.

La implicación del fondo de rescate obligaría a España a solicitar un segundo salvavidas a sus socios. Ante esto, que Rajoy no ha descartado, se abriría una negociación para fijar condiciones macroeconómicas. Como el Ejecutivo ya sigue las directrices de Bruselas en materia de austeridad, se cree que no se añadirían más exigencias, pero la decisión final quedaría en manos del Eurogrupo. Draghi ya ha dejado claro que un programa conjunto de la UE y el BCE para comprar deuda debería acarrear unos requisitos «estrictos». El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, respaldó ayer la intervención del eurobanco porque los intereses exigidos a Madrid y Roma «no se justifican con sus fundamentos económicos».