A la caza y captura del evasor fiscal
Bajo la polémica suscitada por el dueño de Louis Vuitton, subyace la tradicional lucha entre los Estados y las grandes fortunas por el pago de impuestos .
Bajo el escándalo suscitado en Francia por el hombre más rico de Francia y propietario del grupo de artículos de lujo LVMH, Bernard Arnault, al solicitar la nacionalidad belga, subyace la tradicional batalla entre los esfuerzos de los Estados por hacer cumplir las leyes recaudatorias y las estrategias de las grandes fortunas por esquivarlas, ya sea de forma legal o clandestina.
Las explicaciones del empresario francés para negar que se trate de una forma de exilio fiscal han tenido escaso poder de convicción ante un precedente de ‘fuga’ a Estados Unidos, cuando ganó las elecciones el socialista Mitterrand, y los testimonios filtrados de su entorno.
El impuesto del 75% para la rentas superiores al millón de euros anunciada por el primer ministro francés, François Hollande, ha provocado muchas turbulencias. La devoción belga de Arnault no es algo aislado en Francia, donde se calcula que unas 4.000 grandes fortunas tienen ya su domicilio fiscal en el país vecino.
Los paraísos fiscales no están solo en alejados archipiélagos del Caribe. De Gaulle neutralizó en su día las fugas al Mónaco de Rainiero, pero además de Bélgica, los franceses tienen hoy las opciones cercanas del Reino Unido, Luxemburgo y Suiza.
Una alfombra roja
El propio primer ministro británico, David Cameron, se permitió comentar con sorna la ‘tasa Hollande’ diciendo que pondría una ‘alfombra roja’ a los multimillonarios franceses.
Quizá el país más reconocido por su tenacidad en perseguir a los evasores de impuestos sea Estados Unidos. El ejemplo más tópico e ilustrativo sigue siendo el del gánster Al Capone, encarcelado por evadir impuestos en vez de por su abundante historial criminal. Burlar al fisco en EE.UU. puede tener consecuencias graves e irreparables. Otro caso muy llamativo y más reciente es el de Wesley Snipes, actor famoso por sus papeles de acción y especialmente por su papel en Blade, cazador de vampiros , que permanece en la cárcel condenado a tres años por evasión fiscal.
Las facilidades que brindan las nuevas tecnologías y la mayor permeabilidad de las fronteras han beneficiado a los evasores, pero los Estados también aguzan el ingenio. El Tesoro de EE. UU. acaba de recompensar con 104 millones de dólares (más de 79 millones de euros) al ex banquero Bradley Birkenfeld por facilitar pruebas que permitieron descubrir que la entidad suiza UBS desvió fondos de clientes estadounidenses hacia cuentas secretas en paraísos fiscales para evitar el pago de impuestos. UBS tuvo que admitir que ayudó a 17.000 clientes a evadir impuestos. La entidad bancaria fue multada en el 2009 con 780 millones de dólares.