Juncker advierte a España de que el rescate conllevará ajustes «muy duros»
El presidente del Eurogrupo no aclara qué esfuerzos se exigirán al Gobierno de Rajoy.
El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, advirtió ayer de que España deberá asumir condiciones «muy duras» si finalmente pide el rescate. El primer ministro luxemburgués precisó que estas exigencias obligarán al Gobierno a esforzarse al máximo en el cumplimiento del déficit y en la puesta en marcha de reformas estructurales. Las advertencias del líder comunitario emergieron en otra jornada marcada por las presiones para que el Ejecutivo de Mariano Rajoy solicite el salvavidas. Un miembro del BCE y el director de la mayor asociación mundial de la banca alertaron del riesgo de nuevas turbulencias en los mercados si la petición no llega pronto.
Juncker, que dejará su puesto al frente del Eurogrupo a finales de año, sorprendió con su contundencia apenas unos días después del último encuentro de los ministros de Finanzas de la moneda única. Al término de la cita, celebrada el viernes y el sábado en Chipre, el jefe de Gobierno luxemburgués insistió en que España debía tener preparadas nuevas medidas de ajuste por si se producían desviaciones en el déficit. En su intervención, también desveló que el Ejecutivo de Mariano Rajoy presentará a final de mes un plan nacional de reformas que fue confirmado poco después por Luis de Guindos.
El jefe del Eurogrupo no se pronunció sobre las condiciones del salvavidas, pero el comisario de Economía remarcó que ya se conocían de antemano. Olli Rehn se refirió así a la necesidad de respetar el déficit a rajatabla y a la imposición de plazos vinculantes a las recomendaciones de la Comisión. Según detalló, estas medidas se basarán en las directrices comunitarias y contendrán fechas concretas para su aplicación. El ministro de Economía no detalló los posibles cambios, pero Bruselas quiere que las pensiones se ajusten a la esperanza de vida y los desempleados tengan que acudir a cursos formativos para acceder al subsidio.
Juncker tampoco aclaró dónde se le exigirían más esfuerzos a España. Simplemente, constató que serían «muy duros» tanto en el ámbito fiscal como en el de las reformas.