Rajoy se enroca y enfría las expectativas sobre el rescate de la economía española

Todos los países que participan en el Consejo Europeo hablan del rescate de España menos España, según se desprende del análisis que hizo ayer en Bruselas un portavoz del Gobierno. Mariano Rajoy se enroca y enfría las expectativas sobre el rescate en lo que se ha convertido en los últimos tres meses en una especie de coreografía en espiral, en la que el presidente se limita a dar un paso hacia adelante para, seguidamente, dar otro hacia atrás en su decisión de solicitar el rescate blando —o virtual, como lo denominan desde hace unas semanas— de la economía española.

España insiste en evitar hablar de rescate. Prefiere la fórmula de la línea de financiación preventiva. Un mecanismo que, según enfatizó un portavoz de Moncloa, aún no se ha «definido» lo suficiente, aunque nadie concreta en público qué detalles necesita conocer Rajoy antes de tomar una decisión.

Este es uno de los argumentos que emplea el Ejecutivo para insistir en que en este cónclave europeo «no toca» esta cuestión. La otra justificación es que aún no hay garantías políticas de que todos los presidentes de la zona euro vayan a respaldar la petición española. Un paso en falso, aseguran, aumentaría la inestabilidad en los mercados.

François Hollande, nada más poner pie en la sede del Consejo Europeo, aseguró que pensaba abordar la cuestión española con Angela Merkel y Mario Monti, con los que se reunión por separado. La delegación española restó importancia a estos encuentros y recordó que Mariano Rajoy se vió el miércoles con Angela Merkel en Bucarest, durante una reunión del Partido Popular Europeo, un ente al que no pertenecen ni Hollande ni Monti.

Ganar tiempo

Mariano Rajoy gana tiempo para intentar evitar el rescate, aunque el Gobierno sigue sin clarificar si España lo pedirá o no finalmente. «Si lo hace es porque será lo mejor para el interés general de los españoles y para el euro», apostilló un estrecho colaborador del presidente.

El equipo de Rajoy intentó convencer a los periodistas españoles desplazados hasta Bruselas que la prioridad en este Consejo Europeo es lograr que antes de final de año se apruebe de manera definitiva el reglamento del supervisor único bancario y el calendario para la puesta en marcha de este nuevo organismo que, según Madrid, proporcionará mayor seguridad de los mercados en el euro. Ni siquiera considera ya una cuestión urgente lograr la recapitalización directa de la banca. «Antes de conocer las necesidades reales de los bancos españoles tal vez era una urgencia, pero una vez que se ha comprobado que la cantidad es pequeña en relación con nuestro PIB ya no es tan urgente», espetó el portavoz de Moncloa.

Lo cierto es que el Consejo Europeo coincide con dos hechos económicos que el Gobierno considera muy halagüeños: que el Tesoro Público colocó 4.614 millones de euros en distintas emisiones, por encima del importe máximo previsto, y en todos los casos ha pagado menos que en anteriores subastas, especialmente en la de deuda a diez años, en la que se ha pagado la rentabilidad más baja desde enero, el 5,468% y, sobre todo, que la prima de riesgo bajó otros 12 puntos básicos hasta colocarse en 371 puntos.