La nueva tarifa eléctrica vuelve a la facturación por consumo real de los clientes
La subida del precio de la luz el pasado 1 de enero en un 3% a los millones de clientes —hogares y pequeños comercios— que siguen bajo el régimen de tarifa, no se ha visto acompañada del aviso de un próximo recargo para los que aumenten su consumo ni de la inminente expulsión al mercado de quienes tienen más potencia contratada. Dos propósitos que el Ministerio mantiene, y que se suman a la expectativa de que el encarecimiento del arranque del año no será el último, porque el déficit de la tarifa eléctrica sigue engordando.
La única buena noticia que ha traído el 2013 es la supresión, a partir de abril, de la facturación estimada que han venido aplicando las compañías eléctricas, una práctica que ha acarreado cientos de denuncias, según las asociaciones de consumidores. El recibo se emitirá cada dos meses en base a la lectura real de los contadores.
El Ministerio de Industria permitió, desde el año 2008, que las compañías pudieran facturar de acuerdo con un consumo estimado a las familias y pequeñas y medianas empresas en régimen de tarifa siempre que tuvieran una potencia contratada de 10 kilovatios como máximo. Las eléctricas, obligadas a emitir recibos mensuales, aseguraron no disponer de medios para evaluar el consumo con tanta frecuencia, y se apuntaron a la solución de revisar el contador cada 60 días. La medida real solo correspondía a meses alternos: el intermedio se facturaba con el consumo estimado, más o menos acorde con el realizado justamente un año antes.
Mientras el buzón de las asociaciones de consumidores se llenó de quejas de usuarios que se consideraban maltratados, las empresas eléctricas replicaron que no eran ellas las promotoras del recibo mensual que les salía más caro. En tanto los clientes no se apunten a la facturación por Internet, duplicar la emisión de la factura en papel alcanzó un coste en modo alguno compensado por los potenciales adelantos de ingresos, según alegaron.
Por fin, el Consejo de Ministros del 28 de diciembre cambió el procedimiento de lectura de los contadores eléctricos de los clientes con potencia contratada inferior a 15 kilovatios, elevando el umbral hasta ahora establecido en 10 kilovatios.
Posible recargo
El Ministerio de Industria introdujo este cambio, entre otras razones, porque con el sistema que da por buena la lectura estimada resultaban imposibles de aplicar nuevos conceptos como la penalización por incrementos de consumo.
Con la justificación de incentivar el ahorro energético, el departamento que dirige José Manuel Soria ideó aplicar en la parte regulada de la tarifa eléctrica un sobrecargo a los usuarios en función de la potencia y del aumento del consumo. La Comisión Nacional de la Energía fue muy crítica con esta iniciativa. El organismo supervisor comentó en su informe no vinculante que aplicar un peaje «progresivo» iba a provocar un alud de reclamaciones, además de entrar en conflicto con los usuarios acogidos al régimen de discriminación horaria.