Diario de León

Basilea flexibiliza las reservas que precisará la banca ante posibles crisis

Amplía el tipo de activos fáciles de vender que deberán tener en sus balances.

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A. e. | Madrid
León

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El Comité de Basilea decidió ayer flexibilizar las reglas de liquidez que se aplicarán a los bancos en el 2015. Estos cambios se producen a raiz de las críticas del sector que advertían que la exigencia de fondos propios que se habían decidido podía paralizar la economía mundial.

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea del Banco de Pagos Internacionales (BIS, en sus siglas en inglés), que reúne a los reguladores internacionales, anunció que se ampliaba la naturaleza de los activos fáciles de vender que los bancos deberán tener en sus balances para afrontar una crisis aguda de liquidez durante treinta días.

Estos activos incluirán obligaciones, acciones, y algunos tipos de colocaciones hipotecarias. Asimismo, aunque las nuevas exigencias de liquidez entrarán en vigor el 1 de enero del 2015, los bancos sólo tendrán que disponer en esa fecha del 60% de las cantidades inicialmente exigidas. El colchón de liquidez se incrementará en diez puntos porcentuales cada año hasta alcanzar el 100% en el 2019.

Basilea III es el nuevo marco reglamentario para la banca y busca mejorar la liquidez de las entidades en caso de crisis. Exige que los bancos dispongan de suficientes activos fáciles de vender para financiar sus actividades durante 30 días, incluso si se hubieran agotado las fuentes para refinanciarse.

Varios cambios

Por otra parte, el sector financiero español inicia un nuevo año con el objetivo de culminar el proceso de reestructuración financiera, que no acaba con la recapitalización con fondos públicos europeos de las cuatro entidades nacionalizadas. También el Banco Santander ha aprovechado el vuelco que se va a producir en el mapa bancario para llevar a cabo la absorción de sus filiales Banesto y Banif y reforzar su posición.

Esta semana, Santander tiene previsto aprobar la fusión, una operación que conllevará el cierre de 700 oficinas con la consiguiente reducción de personal, aún no cuantificada por la entidad financiera, pero que los sindicatos sitúan en torno a las 3.000 personas. Lo que sí ha anticipado el banco es que no habrá expediente de regulación de empleo, sino que se hará mediante bajas incentivadas o recolocaciones.

Además, se reactivará la venta de Catalunya Banc, una vez recapitalizada y traspasados todos sus activos tóxicos a la Sareb (Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria).

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