España cobrará otros siete años ayudas de una UE abrazada a la austeridad
Se beneficiará del plan contra el paro juvenil y de un ‘cheque’ para las comunidades.
Europa abraza la austeridad con todavía más fuerza. Los países ricos de la UE impusieron ayer un recorte histórico en el Presupuesto común del periodo 2014-2020. Por primera vez desde que el bloque maneja unas cuentas conjuntas, los socios aprobaron una reducción de fondos de 34.000 millones concebida para extender a escala continental los ajustes que afrontan los gobiernos. España, tradicional receptor de las ayudas, consiguió esquivar el tajo y seguirá beneficiándose de las inyecciones durante los próximos siete años. Hasta ahora se daba por hecho que las arcas españolas pasarían a aportar más de lo que reciben, pero el impacto de la crisis y el elevado nivel de paro han frenado la transición.
Pese a ser la quinta economía de Europa y gozar de un nivel de desarrollo muy superior al Este del continente, España mantendrá la condición de receptor neto de ayudas que obtuvo con su ingreso en la Unión en 1986. La prórroga hasta finales de esta década se explica por cuestiones diversas. Una de las más destacadas es el paro. Escandalizados por la elevada tasa de desempleo juvenil en los socios mediterráneos, los Veintisiete respaldaron la creación de un fondo específico de 6.000 millones, de los que alrededor de 1.000 serán transferidos a las arcas españolas. Una cantidad similar llegará desde otras partidas para apoyar la creación de empleo entre los trabajadores de todas las edades.
La doble inyección en la lucha contra el paro corrige el recorte aprobado en el ‘cheque’ español. Esta compensación, que también se ha otorgado a otros países como Grecia, Portugal e Irlanda, busca limitar el impacto de las reducciones en los fondos de cohesión. En total, las arcas públicas ingresarán 1.900 millones que beneficiarán especialmente a Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía.
Paradójicamente, la balanza se equilibra más a favor del Gobierno gracias al tajo en las cuentas. Al reducirse el techo de gasto global, España también debe contribuir anualmente con menos recursos y se ahorrará 3.400 millones.
Cuestión de saldo
Todas las cantidades sumadas aseguran la posición del país como receptor neto e incluso podría obtenerse un saldo más positivo que en el actual periodo presupuestario (2007-13). Según las estimaciones del Ejecutivo, al final de la década se podría amasar un balance favorable de 2.000 millones frente a los 1.500 actuales. Con estas cifras, España se aleja de situaciones como la de Italia, que llegó a la cumbre con muchas quejas sobre su resultado individual. El país transalpino se quejó de que contribuye en exceso al Presupuesto si se compara con el retorno que obtiene.
Reino Unido y Alemania lideraron a los socios ricos en la pugna por sacar adelante un fuerte recorte en el Presupuesto, que contará con un techo de gasto de 960.000 millones. La cifra está muy lejos del planteamiento de la Comisión. El Ejecutivo comunitario apostó por convertir las cuentas en una palanca para el crecimiento y propuso el año pasado un ambicioso incremento que situara los fondos disponibles por encima del billón de euros. Este proyecto se convirtió en la base negociadora que los países han discutido durante meses hasta sellar el acuerdo de ayer.
El presidente de la UE, Herman Van Rompuy, desbrozó el camino hacia el consenso en torno a las seis de la mañana. En línea con las exigencias de los socios ricos, un compacto grupo integrado por Alemania, Reino Unido, Holanda y los países nórdicos, planteó un ajuste adicional de 14.000 millones. La idea no sorprendió a nadie, pero Francia, España e Italia volvieron a hacer frente común para poner coto al tijeretazo.
Economía y empleo
Rajoy asegura que el acuerdo alcanzado en Bruselas es «bueno para España»
agencias