Aziz espera hacer de «mecha» para acabar con un drama social
Casado y con tres hijos, Mohamed Aziz, de 52 años, trabajaba de soldador en Martorell (Barcelona). Hasta que la crisis le enseñó su cara más cruda y en el 2009 se quedó sin trabajo. Pasó a engrosar las listas del paro y a partir de ahí los problemas se le empezaron a acumular. Dejó de pagar las letras de la hipoteca que tenía contratada con una caja de ahorros y en el 2011 la entidad financiera no atendió a sus demanda y ejecutó el desahucio. Se quedó sin vivienda y además Caixa Tarragona (ahora integrada en CatalunyaCaixa) le exigió el pago de 40.000 euros en concepto de intereses.
El mundo se le vino encima. Entonces recurrió a un abogado, que estaba convencido de que la actuación de la caja era injusta, igual que la ley, ya que entendía que no permitía defenderse a los afectados, y llevó el asunto a un juzgado de Barcelona. El caso llegó al juez José María Fernández Seijo, quien consideró la rigidez de la ley española, que a su juicio infringía la normativa comunitaria. Elevó una consulta al Tribunal de Luxemburgo, que ahora ha fallado que los procesos de ejecución hipotecaria son contrarios a la legislación europea de protección de consumidores.
Aziz y su abogado, Dionisio Moreno, recibieron ayer la noticia con júbilo. Lloraron y dieron rienda suelta a la tensión acumulada. «Queremos que le devuelvan el piso», señala el letrado que le ha asesorado. «Ese piso es mío, he trabajado mucho durante ocho años para pagarlo», expresó Mohamed.