España, más exigente que otros
La reforma del sistema de pensiones es una exigencia de Bruselas y no ha terminado con el endurecimiento de la jubilación anticipada. Dentro de poco, un grupo de expertos estudiará cómo introducir el factor de sostenibilidad, un mecanismo automático de ajuste de elementos como la edad de jubilación, el cálculo del importe de la pensión, los años cotizados o incluso la revisión o no de las pensiones con la inflación.
Ese será el nuevo ajuste, pero España ha introducido ya reformas más exigentes que otros países, como el periodo transitorio para retrasar la edad legal de jubilación ordinaria aprobado en la ley del 2011 que entró en vigor en enero de este año. El periodo transitorio que concluye en el 2027 para llevar la edad legal de retiro a los 67 años, es más ambicioso que el de Alemania, que acaba en el 2029, o el de Austria que eleva la edad de retiro sólo a 65 años y, además, en el año 2033, o que el de Dinamarca, que comenzará la reforma en el 2024.
Con el freno a la jubilación anticipada y la compatibilización entre trabajo y pensión, el Gobierno quiere prolongar la vida laboral de los trabajadores de más edad y acercar la edad real de jubilación a la edad legal. No obstante, la edad real de jubilación en España (62,9 años) está por encima de la de Francia, Italia, Bélgica o Finlandia. La media de la edad de retiro, sin embargo, es superior en Alemania, Reino Unido o Irlanda.
Otra de las justificaciones para endurecer las condiciones es la sostenibilidad del sistema. No obstante, España, paradójicamente, no es el país que más gasta en su sistema de pensiones, que se quedó en un 10,7% del PIB en el 2010 frente al 12,8% de Alemania, el 14,4% de Francia o el 16% de Italia.
Lo que sí prevé la Ocde es que para el 2050, por el envejecimiento de la población, este gasto pase a representar el 14%, aunque seguiría por debajo de Portugal (15,1%) o Alemania (15,4%).