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Eurostat sitúa el déficit de España del 2012 en el 10,6% con la ayuda bancaria

De Guindos admite que este año el desplome del PIB podría triplicar lo estimado .

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C. Calvar | (Colpisa) Madrid

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Las cifras sobre la economía española refutan la doctrina oficial de que el fin de la crisis está cerca y sitúan al país ante un año 2013 al menos tan complicado como 2012. Bruselas certificó ayer que España cerró el año pasado enfangada por un déficit público desbocado, del 6,98% del PIB (o del 10,6% si se incluyen las ayudas al sector financiero) y en medio de una degradación general que previsiblemente obligará a relajar el calendario de consolidación. El ministro de Economía, Luis de Guindos, también se apeó de su moderado optimismo para reconocer que la recesión se recrudece y que su intensidad podría triplicar lo estimado.

La Comisión Europea volvió a sacar los colores al Gobierno a propósito del déficit público, a cuyo combate decidió Mariano Rajoy subordinar todas sus políticas al llegar a La Moncloa. La oficina comunitaria de estadística Eurostat constató que el desfase entre ingresos y gastos alcanzó en el 2012 el 10,6% PIB incluidos los créditos derivados del rescate a la banca.

El español es, de largo, el mayor agujero contable entre los Veintisiete. Sólo la doblemente rescatada Grecia, que arrastra unos números rojos del 10%, exhibe un boquete parecido. Excluidas las ayudas a la banca —que no computan a efectos del procedimiento por déficit excesivo— España acumuló un desfase 7%. Eso supone una mejora respecto del 2011 (9%), pero incumple el 6,3% que el Gobierno comprometió. El consiguiente aumento de la deuda añade una dosis extra de incertidumbre al futuro. Al cierre del 2012 la deuda pública arrastrada por España ya equivalía al 84,2% de su PIB. No es de las más altas de Europa, pero lo que preocupa a los analistas es su rápido crecimiento desde el 69,3% que marcó a finales del 2011. Y subiendo: la Comisión Europea prevé que llegará al 95,8% en el 2013.

El Gobierno confiaba en poder sacar al menos medio cuerpo del barrizal una vez aflojara la recesión que tiene paralizada la actividad desde el 2011. Eso repetían los ministros Cristóbal Montoro, Luis de Guindos, Fátima Báñez y el resto del equipo económico de Rajoy desde el pasado otoño, al tiempo que insistían en que habría incluso creación de empleo en los últimos meses del 2013.

Pesimismo

Pero el discurso ha cambiado y el pesimismo gana terreno a pocos días de que el Gobierno apruebe el día 26 el Plan Nacional de Reformas y su nuevo cuadro de previsiones para su envío a Bruselas. El ministro de Economía y Competitividad estimó, en una entrevista a The Wall Street Journal , que el PIB podría contraerse este año entre un 1% y un 1,5%, frente al 0,5% anunciado.

En otras palabras, el Ejecutivo dice ahora que este año, en el mejor de los casos, la caída de la actividad duplicará lo estimado allá por el mes de septiembre, cuando presentó los Presupuestos Generales del 2013, pudiendo llegar a triplicarlo. La pregunta que se hacen los analistas es por qué el Gobierno ha sostenido más de medio año un cuadro macroeconómico que rechazaron por «optimista» los organismos internacionales poco después de su presentación. El año 2012 registró una caída del 1,37% en medía anual.