Luis de Guindos Ministro de Economía
«Hemos ido al escenario más prudente para ganar credibilidad en el déficit»
Se dice que un ministro de Economía no puede ser pesimista; sea por el cargo o por su carácter, Luis de Guindos (Madrid, 1960) le quita hierro a las cifras como la tasa de paro y asegura que «la realidad va a ser mejor que las previsiones», aunque las últimas medidas aprobadas no demuestran que España se dirija a la senda del crecimiento en un futuro muy próximo.
La entrevista con el ministro de Economía, Luis de Guindos, se celebra el viernes a última hora de la tarde, después de un Consejo de Ministros donde se aprobó el nuevo cuadro macroeconómico que presenta un futuro sombrío, especialmente, por el paro. —Oyéndole en la rueda de prensa del Consejo de Ministros parecería que hay que ser optimista a pesar de cómo han empeorado las previsiones económicas.
—Lo que hemos incluido en el programa de estabilidad no intenta ser un pronóstico de lo que puede pasar en la economía española de aquí al 2015 o 2016. Son unas variables prudentes para otorgar credibilidad a la senda fiscal.
—Entonces, tenemos que interpretar que el año que viene podemos crecer más del 0,5% que viene en el cuadro macroeconómico.
—Por supuesto. El 0,5% es una hipótesis que está en el consenso del mercado. No es una proyección de lo que puede ocurrir el año que viene, sino que ponemos una tasa de crecimiento de la que nadie pueda decir que es exagerada. La realidad va a ser mejor que las previsiones. Hemos ido al escenario más prudente para ganar credibilidad en la reducción del déficit.
—¿Habían forzado antes las previsiones?
—El -0,5% de este año lo sacamos en julio del año pasado, cuando el FMI nos estaba dando el -0,6%, así que estábamos en línea. El Gobierno modifica sus previsiones cuando toca, y toca cuando presenta los Presupuestos Generales del Estado y cuando revisa el programa de estabilidad. El cambio del -0,5% al -1,3% no es muy diferente al que ha hecho el FMI o la Comisión Europea porque ha habido un empeoramiento de la economía mundial. Yo creo que va a estar más cerca del -1% que del -1,5%.
—Cuándo presenten los presupuestos del año que viene ¿volverán a cambiar las previsiones?
—Sacaremos el cuadro macroeconómico de los presupuestos en julio y entonces, veremos. No creo que cambie mucho, pero si la percepción es distinta se modificará.
— En el cuadro se asume que el Gobierno no va a conseguir bajar el paro y acabará la legislatura con una tasa de paro peor que con la que empezó (25,8% en el 2015).
—Vamos a ver que pasa en los próximos dos años y medio.
—Pero en estos momentos, eso es lo que se asume.
—El planteamiento que estamos haciendo en el plan de estabilidad es que el paro acaba por debajo del 25% en el 2016. Pero eso es consecuencia de dos variables: la primera es la evolución del empleo, que empezará a crearse el año que viene; la segunda es la evolución de población activa.
—Teniendo en cuenta que el presidente del Gobierno aseguró que bajaría el paro y no subiría los impuestos, y ninguna se ha cumplido, ¿sigue pensando que la política económica funciona?
—La política económica siempre tiene que tener una continuidad y ser predecible, no puedes estar cambiando.
—No está siendo predecible.
—Yo creo que sí. El Gobierno lo que ha tenido que hacer con su política económica es intentar evitar en momentos muy delicados situaciones extremadamente difíciles. España hace un año iba abocada a un rescate y eso se ha conseguido evitar. Los riesgos hoy son mucho menores que a principios del 2012. Lo que ha caído el PIB en España no es superior a la media europea, lo que sí es muy superior y desalentador es la destrucción de empleo. Eso se debe al peso de la construcción, un sector intensivo en mano de obra, y al funcionamiento del mercado laboral, que mientras se destruía empleo seguían aumentando los salarios. Eso se ha intentado corregir con la reforma laboral, introduciendo más flexibilidad interna.
—Y, sin embargo, se ha seguido destruyendo empleo.
—Estoy convencido de que la reforma laboral está moderando el impacto de la recesión en el mercado de trabajo y que sería mucho peor la situación con la regulación laboral anterior.
—¿Cómo se puede defender la lucha contra el fraude fiscal cuando se aprueba una amnistía que beneficia a personas como Bárcenas?
— Independientemente de la amnistía fiscal, lo de Bárcenas me parece rechazable y deleznable.
—¿Es un verso suelto del Gobierno? ¿No le pesa como ministro no ser militante del PP?
—No, porque el presidente del Gobierno tiene toda mi lealtad.
—¿Este Gobierno necesita una renovación, un impulso?
—No lo sé, no soy el más indicado para decirlo. Se enfrenta a una situación complicadísima desde el punto de vista social y económico, pero las características del presidente son las adecuadas.
—¿Se ve acabando la legislatura?
—Sí, por supuesto. Si me dejan, sí.