Diario de León

Los claroscuros dominan el balance del primer año de la ley de reforma laboral

Ha traído una intensa devaluación salarial pero no ha corregido la temporalidad .

Varias personas esperan en una oficina de empleo, en una imagen de archivo.

Varias personas esperan en una oficina de empleo, en una imagen de archivo.

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A. estrada | (Colpisa) Madrid

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La reforma laboral cumple un año desde su aprobación por el Parlamento y va a soplar las velas con más de seis millones de parados, con un previsible aumento de la conflictividad laboral por el fin de la ultraactividad de los convenios colectivos y con una devaluación salarial general. Aunque también con un aumento de la flexibilidad interna que permite a las empresas adaptarse mejor a la crisis y con cuatro meses consecutivos de reducción del paro registrado.

Es difícil hacer un balance científico de la reforma laboral porque la comparación cuantitativa no puede plantearse con la situación anterior, sino más bien con la que hubiera llegado a ser sin la reforma. Por ejemplo, en un año han desaparecido 798.500 empleos según la última EPA, pero no se sabe cuánto más o menos se habría destruido sin la reforma. Según los datos de paro registrado, el ritmo de aumento del desempleo se ha frenado, ya que en junio de 2012 crecía a una tasa anual del 12% y el mes pasado ese ritmo había bajado al 3,22%. Lo que está fuera de toda duda es que los salarios han bajado más de lo que se hubieran recortado sin la reforma laboral.

¿Quién es el culpable? Que las condiciones laborales han empeorado es un hecho pero, ¿ha sido consecuencia de la reforma o de la crisis? Probablemente, una mezcla de ambas. Desde el Gobierno argumentan que, gracias a los recortes salariales, se han evitado despidos y que en los ERE se buscan cada vez más otras fórmulas de ajuste. Sin embargo, la reforma no ha reducido la proporción de trabajadores afectados por despidos colectivos sobre el total de los ERE, más bien al contrario.

Por otra parte, la dualidad del mercado de trabajo (fijos-temporales) «se ha agudizado», explica José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra. La reforma laboral en sí no es un impulso a la contratación indefinida, lo que busca es flexibilizar lo máximo posible los salarios y las condiciones laborales con el objetivo último de que se reduzca la expulsión del mercado de trabajo, explica Montalvo. Despedir a un trabajador temporal sigue siendo más barato que despedir a uno fijo, lo que, sumado a la incertidumbre económica, hace que el empresario no se arriesgue a contratar fijos.

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