Diario de León

Arranca el año en el que la Reserva Federal abandonará las ‘muletas’

Publicado por
j. p. nóbrega | (colpisa) n. york

Creado:

Actualizado:

Ninguna medida ha influido más en el comportamiento de los mercados globales en el último año que el programa de compra masiva de bonos instaurado por la Reserva Federal en el otoño de 2012. Por eso, cuando Ben Bernanke insinuó por primera vez que la inyección de capitales tenía una fecha de caducidad, las bolsas recibieron la noticia con un ataque de ansiedad, como un adicto a quien se le amenaza de pronto con cerrar el grifo a su sustancia favorita. Corría el mes de junio y el pánico se dejó sentir sobre todo en los países emergentes cuyas divisas, infladas por los especuladores con exceso de cash, cayeron en picado. Para evitar males mayores, el jefe de la Fed reculó con un mensaje en clave doméstica que devolvió la calma: mientras la creación de puestos de trabajo en EE UU siga débil, vino a decir, las arcas del banco central seguirían bombeando 85.000 millones de dólares mensuales a la economía.

Ese momento ha llegado y no precisamente gracias a la creación de empleo, que sigue una discreta tendencia al alza, sino del fuerte crecimiento del PIB nacional (4,1%) en el tercer trimestre. El dato no alumbra necesariamente una recuperación sostenida, pero le vino como anillo al dedo a Bernanke para convencer a los indecisos dentro del Consejo de la institución. Sólo 1 entre 10 se mantuvo agarrado a la idea de que la compra de bonos no debía tocarse hasta que el paro se aleje del 7%, donde se halla ahora. A mediados de diciembre, antes incluso de que el Departamento de Comercio diera la buena nueva sobre el PIB, la Fed aprobó la paulatina reducción del plan de estímulos con una primera mordida de 10.000 millones en enero.

Lejos de provocar otra estampida, los inversores dieron el visto bueno al movimiento, convencidos de que la desaceleración del programa no propiciará ninguna volatilidad en los mercados y que los intereses crediticios de EE UU no se dispararán de golpe, uno de los peores temores.

tracking