Crece el temor en la UE por la falta de control fiscal de las comunidades
Las autonomías presentan un desfase de 7.000 millones respecto al déficit marcado.
No es el único Talón de Aquiles de la economía española, pero el de las comunidades autónomas es uno de los más preocupantes a ojos de Bruselas. No es una cuestión política, de sensaciones, de empatía hacia uno u otro modelo de Estado. Sólo se trata de cifras, de frías estadísticas que acaban de confirmar que los temores de la Comisión sobre el ‘descontrol’ de las cuentas de las autonomías, lejos de moderarse, sigue al alza con un desfase de 7.000 millones respecto a los objetivos marcados.
Un desvío del 66% motivado, entre otros factores, por el inminente carrusel de citas electorales que barruntan la fotografía de un país ingobernable si la decadencia del bipartidismo se confirma y la histórica irrupción de partidos como Podemos y Ciudadanos se asienta. España no es Grecia, es la cuarta potencia del euro, y esto, en Bruselas, son palabras mayores. En un momento, además, en el que España se ha convertido junto a Alemania en la locomotora de la Eurozona.
El pasado día 27, a las puertas de la Semana Santa, el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue el encargado de bendecir la particular Semana de Pasión de las comunidades autónomas. Cifras, recuerden. España cerró 2014 con un 5,7% de déficit, dos décimas más del objetivo autoimpuesto pero en consonancia con el 5,8% fijado por Bruselas.
El Gobierno de Rajoy cumplió, gastó cerca de 60.000 millones de los que fue capaz de ingresar, pero cumplió. Y lo hizo gracias al superávit de 5.000 millones de los ayuntamientos, que contrarrestó en parte el excesivo gasto público de la gran mayoría de los gobiernos regionales. Sólo cumplieron tres: País Vasco, Navarra y Canarias. Catorce, no lo hicieron. Debían cerrar con un déficit del 1% del PIB y se fueron hasta el 1,66%. Montoro, pese a todo, justificó el desfase asegurando que el objetivo marcado era «exigente porque tenían menos recursos del sistema de financiación» y destacó el esfuerzo que están haciendo en la reducción de gastos estructurales (educación, sanidad, servicios sociales…). Precisamente, este es el gran argumento de las autonomías, que deben costear servicios básicos, fundamentales, de donde es muy difícil recortar.
Nada que ver
«¿Podíamos haber mucho más? Pero a costa de qué?», justificó antes de asegurar que este año todo irá mucho mejor al haber mas dinero para repartir y mejorar las condiciones de financiación ‘gratuita’ vía el Estado. Eso sí, aseguró que la proximidad de las elecciones no tiene nada que ver con este desvío de nada menos que del 66%.
España cumplió, cierto, pero los datos ofrecidos han conseguido reavivar los temores de la Comisión Europea sobre las comunidades autónomas, como reconocen fuentes comunitarias. «Los datos hablan por sí solos», admiten tras remitirse al último informe de los hombres de negro del comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, sobre los desequilibrios macroeconómicos del país. Es muy reciente, 95 páginas datadas el 26 de febrero. Y entre otras críticas, se asegura que «a pesar del visible deterioro de las finanzas públicas regionales a lo largo de 2014, ninguna de las medidas preventivas establecidas en la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria de España fueron empleadas en regiones en riesgo de incumplimiento».
Hay más. Recuerda cómo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recomendó materializar este tipo de actuaciones «a principios de diciembre de 2014» y que, en relación a 2013, la adopción de medidas correctivas para atajar este desfase fue «más lenta». Y advierte, precisamente, de que este desajuste del 66% motivará que en 2015, cuando las comunidades deben bajar el déficit del 1% al 0,7% del PIB, el cumplimiento sea mucho más «exigente».