Regresan las dudas al sector exterior por el estancamiento en las ventas

El sector exterior no despega en el inicio del año. Las dudas con las que acabó el ejercicio anterior -cuando su aportación fue negativa al PIB- continúan e incluso se acrecientan tras comprobar que en los dos primeros meses de 2015 las exportaciones se estancaron, mientras que las importaciones aumentaron levemente un 0,4%. Este desfase provocó un incremento del déficit comercial del 4,3% en febrero hasta los 4.633 millones de euros, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Economía. De esta forma, la tasa de cobertura (la diferencia entre ingresos por ventas y gastos por compras) siguió reduciéndose y se situó en el 89,1%, es decir, cuatro décimas menos que en los dos primeros meses de 2014 (89,5%).

Por tanto, el sector se mueve en magnitudes muy alejadas de la velocidad de crucero que disfrutó en los años más duros de la crisis, cuando su aportación al PIB llegó a superar los dos puntos y el Gobierno presumía de que se registraban los primeros pasos de un cambio de modelo productivo. Y es que el déficit se redujo debido al aumento exponencial de las ventas, cierto, pero también al hundimiento del consumo. Sin embargo, el año pasado se produjo un cambio de tendencia claro. Por primera vez desde que comenzó la crisis en 2008 la demanda interna tuvo una aportación positiva al PIB (2,7 puntos) mientras el sector exterior restó su contribución (-0,7%). El Gobierno lo justificó por los problemas en algunas economías emergentes, a pesar de que las mayorías de las ventas se producen en la UE.

La situación sigue por los mismos derroteros. Así, hasta febrero las ventas sumaron 37.754,5 millones. La gran parte de esas ventas (66,3%) se produjeron en el espacio comunitario, con un crecimiento del 2,7%. También mejoraron las cifras en la zona euro (2,9%). En concreto, aumentaron las exportaciones en los principales socios comerciales como Alemania (5%), Italia (6,1%), Francia (1,9%) y -fuera de la zona euro- en Reino Unido (2,4%).

Por el contrario, la demanda de los países no comunitarios disminuyó hasta febrero. Cayeron las ventas dirigidas a América Latina un 8,9%, con especial virulencia en Argentina (-17,6%), Brasil (-10,4%) o México (-8,6%). También descendieron las ventas en Asia (-3,2%) y África (-7,2%). Las noticias positivas provinieron, una vez más, de América del Norte con incrementos del 12,8% gracias al aumento del 8,9% en Estados Unidos y, sobre todo, a la gran subida de Canadá (49,7%).

Por sectores, los bienes de equipo -el grupo con más peso en las exportaciones al representar un 19,1%- descendió un 5% con especial fuerza en el material de transporte (-15,5%) aunque también se redujeron las ventas de maquinaria para la industria (-5,5%). Los bienes de consumo duradero también cayeron un 7,5%, así como las materias primas (-13,5%) y el desplome de los productos energéticos (-24,6%). Por su parte, las ventas al exterior del sector del automóvil creció un 18,7%.

En cuanto a las importaciones, en los dos primeros meses alcanzaron los 42.387 millones (0,4%) con un gran impulso del sector del automóvil (20,8%), pero también de los bienes de equipo (12,1%).