Diario de León

Vivir de compartir: el triunfo del nuevo modelo económico colaborativo

Cada vez más negocios se apuntan al intercambio, a falta de normas que lo rijan.

El coche compartido es una de las nuevas formas de viajar.

El coche compartido es una de las nuevas formas de viajar.

Publicado por
J. M. Camarero | Madrid
León

Creado:

Actualizado:

¿Para qué comprar un coche con el que viajar este verano, un apartamento al que ir la playa o, directamente, una casa para vivir? Es más, ¿para qué hacer los recados o para qué contar con los servicios de un asesor fiscal?, ¿para qué, en fin, ‘tener’ si se puede ‘usar’? El tirón de las empresas de economía colaborativa —los ejemplos anteriores son una muestra real— comenzó a ganar adeptos en turismo y ocio. Pero ya se extiende al resto de actividades empresariales donde es difícil no encontrar algún proyecto de intercambio comercial.

Cada vez más empresarios encaminan sus negocios hacia este modelo, conscientes de que sus futuros beneficios pasan por esta economía alternativa.

Se calcula que las iniciativas colaborativas pueden generar en la próxima década 300.000 millones en todo el mundo, según el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Serían tres veces más de lo que producen ahora. En España hay en marcha unos 500 proyectos. Son muy pocos frente a los más de tres millones de empresas del país. Pero es tal el impacto que están provocando que hasta la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) está a punto de culminar en el que marcará las líneas a seguir para desarrollar empresas sociales en el marco de una economía de mercado como la actual.

Las trabas

El problema al que se enfrentan los países de medio mundo es el de integrar estas iniciativas, muchas veces acordadas entre dos particulares, a sus sistemas productivos. A saber: que paguen impuestos, que ofrezcan las garantías mínimas de comercio a los usuarios; que sean actividades reguladas y que aporten capital al Producto Interior Bruto…

Los taxistas han sido uno de los primeros colectivos en ponerse en pie de guerra contra Uber, la aplicación que facilita transporte en las ciudades. Aunque un juzgado de Madrid y otro de Barcelona habían ordenado paralizar las actividadse de esta compañía en España, ni siquiera los jueces saben cómo actuar: han trasladado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea si la multinacional es una empresa de transportes o un proveedor de servicios informáticos. En el primer caso, necesitaría licencia. En el segundo, podría trabajar en toda la UE sin más regulación que la comunitaria.

Tampoco están contentos los propietarios de hoteles con compañías como Airbnb, dedicada al intercambio de casas. El director general de la firma, Arnaldo Muñoz, aclara que ellos están dispuestos «a colaborar en la creación de unas leyes claras y justas». Y recuerda que este fenómeno ya está legislado en lugares tan cercanos como París, Londres o Amsterdam. Sin embargo, los hoteleros piden que estas viviendas compartidas cumplan unos requisitos mínimos; y que las empresas que ejerzan de intermediarios sean las que garanticen la legalidad de esos inmuebles utilizados para comerciar.

tracking