España lo fía todo al Eurogrupo cuando la clave es recuperar el sillón del BCE
Bruselas constata «la falta de una estrategia política de país» para recuperar su asiento en la cúpula del Eurobanco.
En la UE, en el club de clubes, España continúa de forma alarmante infrarrepresentada en sus puestos de relevancia, en una cúpula cada vez más esencial para dirimir la Eurozona posrescates. La situación es tal que todos los países, sin excepción, reconocen una ‘anomalía’ de tintes políticos que se consumó el 10 de julio de 2012, cuando el país perdió uno de los seis asientos del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), ése que jamás iba a perder porque un pacto no escrito decía que las cuatro grandes del euro (Alemania, Francia, Italia y España) siempre lo mantendrían.
Pero llegó la peor de las crisis, José Manuel González-Páramo terminó su mandato y el candidato español para sustituirlo, Antonio Sáinz de Vicuña, un aspirante para muchos mejorable, no tuvo nada que hacer ante el luxemburgués Ives Merch, entonces gobernador del Banco de Luxemburgo, la única triple A que sobrevive en la Eurozona junto a la de Alemania.
Una vuelta «esencial»
«Volver al BCE es esencial, vital para un país como España. Debería ser el objetivo número uno del Gobierno», asegura a este periódico un ex alto cargo comunitario.
El golpe fue durísimo, como reconocen fuentes diplomáticas. Fue una puntilla a la cuarta potencia del euro y la quinta de la UE que llegó sólo un mes después de que España pidiera a sus socios «un crédito muy favorable» de hasta 100.000 millones para evitar ser devorados por el mercado. Un rescate financiero que finalmente se rebajó a sólo 41.300 y que España busca amortizar con la mayor celeridad para quitarse el sambenito de ‘país rescatado’. En lo macroeconómico, el giro de 180 grados conseguido en estos tres años es indiscutible. En lo geopolítico, sin embargo, queda muchísimo por hacer para restaurar la imagen de eso que ahora se llama ‘marca España’.
Mariano Rajoy sigue en plena operación retorno a la cúpula económica de la UE. Su objetivo se llama presidencia del Eurogrupo, pasar de rescatados a jefe de los rescatadores.