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Las grandes constructoras ven margen para un empujón presupuestario

Apuestan por una inversión de 10.500 millones de euros en los PGE de 2016.

Tramo de la A-66 entre Zamora y Benavente.

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josé antonio bravo | madrid
León

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Ya ha empezado la cuenta atrás para la preparación del proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2016, y son muchos los sectores que tratan de jugar sus bazas para lograr algún guiño especial. En el caso de las grandes constructoras y concesionarias, representadas por la patronal Seopan, esperarían bastante más que eso, aunque son conscientes del peso en contra de las obligaciones de consolidación fiscal respecto a la UE.

De hecho, previsiones en mano, no se atisban grandes cambios en la evolución de la inversión pública para el año próximo. Según las estimaciones de Eurostat, seguirá suponiendo el 2,1% del Producto Interior Bruto como en los tres últimos años -en Seopan bajan esa frontera al 1,9%-, lo cual no significa que no vaya a subir -en construcción ganaría seis décimas para un alza del 2,4%- sino que este incremento prácticamente se lo ‘comerá’ el propio avance de la economía, con un crecimiento previsto de entre el 2,5% y el 3%.

Por eso en Seopan observan, aunque sin resignarse, que la próxima legislatura no se verá un impulso significativo en obra pública, al menos no hasta que España logre situar su déficit por debajo del 2%. Para eso habrá que esperar hasta 2017, y manteniendo a la vez el rigor presupuestario. Su análisis conservador lo marca una cifra: 58.000 millones de euros menos en gasto de las administraciones los últimos cinco años.

Conforme a las últimas previsiones de la Comisión Europea, entre 2015 y 2016 -en términos de superficie y población-, España reducirá su ratio inversor un 37,5% sobre la media del período 1995-2014. Es el descenso más fuerte entre los países de su entorno, solo comparable al de Italia (-26%) y muy por encima de la media comunitaria (-7%). En términos absolutos, los 42.400 millones de inversión pública previstos entre este año y el próximo solo representan el 30% de la de Francia, el 32% de la de Alemania y el Reino Unido, y el 62% de Italia. Mucha brecha.

Este desfase, unido a la aprobación del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas -al que España ha contribuido con 1.500 millones frente a los 8.000 (cada uno) de Alemania, Francia e Italia-, llevan a las grandes constructoras a ser moderadamente optimistas sobre los ‘huecos’ que el Ejecutivo puede buscar ahora para aumentar la inversión. Incluso en los Presupuestos de 2016 puede haber un margen que a principios de año ni siquiera se atisbaba.

El déficit del Estado se ha reducido casi un 16% en los cinco primeros meses de 2015 gracias a un doble efecto. De un lado, un aumento del 7,4% en los ingresos tributarios -eliminando factores excepcionales sería la mitad, el 3,7%, aunque contando ya la merma recaudatoria por la reforma fiscal- y, de otro, un descenso del 1,5% en los gastos. El margen presupuestario actual se acercaría de esta forma a los 3.000 millones.

Con ese colchón -provisional, eso sí-, el Gobierno ya ha empezado a hacer cuentas sobre posibles guiños electorales en los PGE de 2016, desde la recuperación de buena parte de la paga extra eliminada en 2012 a los funcionarios hasta «nuevas medidas de estímulo», sin olvidarse otras de contenido social. Y en este río, todavía no revuelto, quieren pescar grandes constructoras y concesionarias.

En el sector han hecho números y si este año ha habido 9.469 millones para infraestructuras, creen que se podría elevar en un mínimo de 1.000 millones más el próximo ejercicio. Sería una mejora anual inferior al 11%, frente al incremento del 9% este ejercicio. Márgenes asumibles, pero lejanos.

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