Los impuestos cuadran las cuentas

El Gobierno está inmerso en la elaboración de los últimos Presupuestos Generales de la legislatura. Serán los quintos que apruebe el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Y todos han tenido un denominador común: reducir el déficit. La senda para lograrlo ha seguido dos vías. Por un lado, aplicar ajustes necesarios, según sus partidarios, o profundos recortes para sus detractores, en el gasto público. Unas medidas que han provocado numerosas protestas y nutridas manifestaciones en las calles y que, sin embargo, apenas han logrado un impacto en las cuentas. De hecho, el gasto público se ha mantenido estable en términos generales durante la legislatura, ya que los recortes en infraestructuras, sanidad o educación quedaron absorbidos por el aumento de los intereses de la deuda o las prestaciones por desempleo. Así, a pesar de que el techo de gasto de 2016 aprobado este viernes de 123.394 millones supone un recorte del 4,4% respecto al anterior -que ya descendió un 3,2%- todavía es un 0,9% superior al registrado en los últimos presupuestos de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 (122.256 millones) y un 4% mayor que el aprobado en 2012 ya por Rajoy (118.565 millones).

Por contra, la palanca utilizada con más fuerza para cuadrar los presupuestos estos últimos cuatro años ha sido el incremento de la recaudación mediante la subida de impuestos. En concreto, los ingresos tributarios crecieron un 49,9% desde los presupuestos de 2012 -los primeros de Rajoy- hasta los elaborados para 2015. En concreto, 37.895 millones más obtenidos por el aumento de la presión fiscal y sólo en el último año por la reactivación económica. Y es que la crisis supuso para el Estado una verdadera sangría de ingresos. El aumento del paro a tasas superiores al 20% y los recortes salariales llevaron aparejada un descenso en la recaudación del IRPF. Además, la caída del consumo hizo lo propio con el IVA y los Impuestos Especiales.

En cualquier caso, el hecho de que la búsqueda del equilibrio presupuestario tuviese más éxito por la vía de los ingresos no significa que en el apartado de gastos no se produjesen recortes. De hecho, en la legislatura de Rajoy -a falta de conocer los presupuestos de 2016- la partida en sanidad ha descendido un 9,3% al pasar de 4.264 millones en 2011 a 3.864 millones. También en Educación el descenso ha sido más pronunciado con un 20% al pasar de los 2.843 millones a 2.273 millones.

Asimismo, el gasto público ha tenido en el pago de los intereses de la deuda una de sus principales partidas. La otra pieza clave del gasto son las prestaciones por desempleo.