El modelo turístico, en el punto de mira de varios de los nuevos gobiernos

El turismo es uno de los principales motores de la economía española. Supone casi el 11% del PIB y en mayo de 2015 empleaba a 2,1 millones de personas. Hasta 65 millones de viajeros llegaron al país el año pasado -una cifra sólo superada por Francia y EE UU- y este año la tendencia es a superar ese récord. Unos datos que avalan la fortaleza del sector, pero que también ha hecho que algunos de los nuevos gobiernos autonómicos y municipales salidos de las últimas elecciones pongan su punto de mira en el actual modelo. En unos casos, como Madrid, con el objetivo de conseguir nuevos ingresos y en otros, como Canarias o Barcelona, para limitar la llegada de turistas al considerar que ponen en peligro o dañan el entorno.

El último gran revuelo se formó ayer después de que el concejal de Economía y Hacienda del ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez, anunciase que estudian incluir una tasa turística en el Presupuesto de 2016. Una decisión que reconoció «todavía no está decidida». Su compañero en el gobierno municipal, el concejal de Salud, Javier Barbero, defendió la idea de que las personas que visiten la ciudad respondan al «principio de corresponsabilidad». En cualquier caso, el ayuntamiento no dio datos sobre la cuantía en la que estaría pensando.

La posibilidad de introducir esta tasa a los turistas despertó las críticas del sector. De momento, el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), Antonio Gil, solicitó este lunes una reunión «con la máxima urgencia posible» con la alcaldesa, Manuela Carmena. «Queremos intercambiar opiniones sobre la oportunidad y conveniencia de esta tasa y, en caso de implantarse, sobre los detalles de la misma», señaló. Además, desde la patronal Exceltur también mostraron su rechazo al anuncio. «Nos parece un gran desacierto. Parece una medida para penalizar o restringir la capacidad tractora del turismo», explicó el vicepresidente José Luis Zoreda. En su opinión, los objetivos de esta medida parecen buscar sólo una mejora de la recaudación. En este sentido, Zoreda recordó que si lo que se buscan son ingresos las autoridades deberían centrarse en «la bolsa de economía sumergida» que representan los apartamentos turísticos ilegales.

Sin embargo, a pesar del revuelo generado las tasas turísticas no son ninguna novedad. De hecho, ya se cobran en grandes capitales europeas. Por ejemplo, en Roma, París o Lisboa.

Pero también hay ejemplos más cercanos. En Cataluña se aplica una tasa turística desde noviembre de 2012 en la que los viajeros pagan entre 0,5 euros y 2,5 euros por noche alojada. Desde su puesta en marcha se han recaudado 82,3 millones y el número de turistas no ha dejado de crecer.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, abogó por cambiar el modelo turístico de las islas para que lleguen menos turistas, pero dejen más dinero en el territorio y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha paralizado la concesión de nuevas licencias de alojamientos turísticos.