Repsol ajusta su negocio para resistir con el precio del petróleo a 50 dólares
Recortará sus costes en 2.100 millones por año y desinvertirá 6.200 millones.
La drástica caída experimentada por el precio del petróleo durante el último año y medio ha convulsionado las estructuras de Repsol, cuyos directivos han planteado un panorama para la compañía completamente diferente en los próximos cinco años con respecto a la trayectoria que mantenía hasta ahora. El Plan Estratégico 2016-2020 ajusta todo el negocio a una realidad: el coste mínimo en el que se mueve el petróleo; y una referencia clave, los 50 dólares por barril, a un lustro vista. «Todo nuestro plan pasará por ese precio, como si estuviera plano durante los próximos cinco años», explicó ayer el consejero delegado de la compañía, Josu Jon Imaz, en la presentación del proyecto empresarial.
Repsol gestionará todos sus negocios «con esa referencia de 50 dólares, aunque no creemos que se mantenga en ese nivel durante todo el tiempo», advirtió Imaz, quien insistió en que la petrolera se mueve en un escenario «de estrés». Es decir, en la peor coyuntura posible, tal y como se sometió, por ejemplo, a la banca europea para testar su capacidad de resistencia.
El escenario internacional no es precisamente el mejor. Ni siquiera similar al pasado mes de diciembre, cuando Repsol anunció la compra de la petrolera canadiense Talismán, que ahora tiene que digerir. En estos momentos, «la estrategia no será de crecimiento de la producción, sino de generar valor en lo que ya tenemos», apuntó Josu Jon Imaz.
La compañía pretende autofinanciar su desarrollo, reducir su deuda y mantener el dividendo para los accionistas. Pretende duplicar su beneficio antes de impuestos (Ebitda) de cara a 2020 para lograr hasta 11.500 millones —7.900 en el peor de los escenarios estimados—. La fórmula perfecta se lograría, en principio, con un ahorro en costes superior a los 2.100 millones de euros. Esto es, un ajuste de 10.500 millones cuando finalice el Plan Estratégico en 2020. De esa cantidad, más de 7.000 millones se sacarán de costes operativos, entre ellos una reducción global de su plantilla de 1.500 trabajadores. Un proceso que, según Imaz, se realizará «de forma acordada y responsable».
Más detalles
De hecho, de los 6.200 millones de euros que la compañía desinvertirá en este periodo a través de la venta de activos no estratégicos, una buena parte provendrá del negocio del ‘upstream’ (extracción y producción). Repsol no se desprenderá de la participación del 30% que tiene en Gas Natural Fenosa. «Nos encontramos confortables en esta posición y es estratégica, además de interesante», afirmó Josu Jon Imaz ante los continuos rumores que apostaban por la salida de la gasista.
En este «escenario ácido» en el que, según el consejero delegado, se han realizado los cálculos, la compañía seguirá el camino marcado por otras petroleras internacionales que ya han ajustado su modelo de negocio con el crudo en mínimos: menos actividades de producción y extracción de ‘oro líquido’ y más apuesta por la refinería y las actividades químicas, que son las que «más aportan en estos momentos».