Bruselas exige a España más esfuerzo estructural y no fiar el déficit a la coyuntura
Los expertos de la UE cifran en unos 40.000 millones los ajustes comprometidos.
El último terremoto político provocado en España con epicentro en Bruselas vuelve a estar relacionado con el déficit. Y como viene ocurriendo en la última década, porque el Gobierno continúa sin cumplir los compromisos pactados con la Comisión Europea, que acaba de advertir de que ni este año ni el que viene, España alcanzará el objetivo de déficit acordado.
Al final, todo ha quedado enmarañado por el ‘affaire Moscovici’, por la decisión del comisario socialista francés de lanzar una andanada a España antes de que la opinión formal fuese aprobada por el Colegio de Comisarios. Que si es francés, que si es socialista, que si Pierre Moscovici es así, que si cuando él era ministro de Economía francés jamás cumplió... Humo. Porque al margen de los argumentos electorales esgrimidos por el PP, el fondo del asunto desvela que España sigue muy lejos de cumplir con los anhelos comunitarios para cuadrar sus cuentas al dejarse llevar en exceso por la coyuntura económica en lugar de aprobar reformas estructurales de calado que, según los expertos, deberían haber sumado unos 40.000 millones en el periodo 2013-2016 —la horquilla va entre el 3,8% y el 4,4% del PIB en función de la metodología empleada—.
La Administración General del Estado, tras la última revisión del INE, cerró finalmente 2014 con un déficit del 5,9%. Dicho de otro modo, gastó en cifras redondas 59.000 millones más de lo que fue capaz de ingresar —‘grosso modo’, cada punto de PIB son 10.000 millones—. Nada que ver con el 11% de 2009, pero todavía muy lejos del 3% fijado por el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, una suerte de biblia comunitaria.
Puntos de vista
Ésta es la clave. De forma coloquial, es como si un empleado debe entrar a trabajar a las 10, lleva años llegando a las 12, pero desde que el jefe se puso serio (léase la Troika), ha empezado a llegar a las 10.45. El trabajador lo esgrime como un logro, pero la empresa insiste en que su horario de entrada son las 10, que deje de compararse con la época en la que entraba a mediodía. Después de la prórroga que recibió Zapatero y las dos de Mariano Rajoy, la nueva hoja de ruta dice que este año, España debe cerrar con un déficit del 4,2% del PIB y en 2016, con el 2,8%. El Gobierno jura y perjura que lo logrará. Bruselas, en cambio, acaba de concluir que el proyecto de Presupuesto presentado por el Ejecutivo para el próximo año peca de «optimismo» y que se quedará en el 3,5%, siete décimas de desfase (más de 7.000 millones) que deberá corregir el Gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre.