La banca acreedora quiere que Abengoa siga los pasos de Pescanova

Los bancos acreedores de Abengoa tienen definido el camino que quieren que la compañía siga después del preconcurso de acreedores presentado el 24 de noviembre: el mismo, o al menos similar, que ha protagonizado otra compañía a punto de quebrar, Pescanova. Esa es la intención de las entidades españolas que más se juegan en este proceso, según apuntan fuentes cercanas a las negociación.

El primer paso será el cálculo de la deuda corporativa. Las estimaciones indican que esta cifra superaría los 20.000 millones, aunque posiblemente, al final, sea una cuantía algo menor. Antes de que finalice esta semana que mañana empieza, la empresa debería poner sobre la mesa ese mapa de deuda. A partir de ahí, se determinará cuál es la parte menos sostenible, a la que habría que aplicar una quita. Después, las opciones pasarían por la entrada a un nuevo socio de referencia o a una ampliación de capital, siempre en un proceso dirigido por las entidades, que se pondrían al frente de la firma andaluza para controlar todo el proceso.

Unos y otros

La opinión de los analistas es que «Abengoa es un buen negocio» en que la empresa tiene proyectos que ningún otro grupo internacional realiza y que hay posibilidad de crecimiento futuro. Exactamente lo mismo que ocurría con Pescanova.

Cuando la multinacional gallega anunció el concurso de acreedores, tardó más de un año en lograr que la banca levantara esa declaración de quiebra. En ese periodo, la empresa se deshizo de algunas sociedades internacionales —como podría ocurrir con la filial Yield en Estados Unidos—, dimitió parte de la directiva y se logró pactar un plan de reestructuración que recibió el apoyo del 60% de la banca acreedora.

Aunque la intención es encarrilar el caso Abengoa por el mismo camino que el de la alimentaria, existe una diferencia clave: el nivel de deuda, que en la empresa andaluza es muy superior a la de la gallega.