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La bolsa inicia un 2016 convulso al caer el 2,4% tras otro desplome de China

Los expertos vaticinan que es uno de los muchos episodios trascendentes de este año.

Imagen de la bolsa de Madrid ayer.

Publicado por
J. M. Camarero | Madrid
León

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Lo peor que le podía ocurrir al mercado bursátil español, pendiente de la incertidumbre electoral, es que se repitiera una crisis como la que China protagonizó el verano pasado, cuando todos los inversores temían que la ralentización del país contagiara a la recuperación económica mundial. Pero la compraventa de acciones no entiende de calendario y el desplome de los índices asiáticos llegó en la primera sesión hábil del año, contagiando al resto de plazas internacionales.

Todas las bolsas recibieron 2016 con fuertes pérdidas que, en el caso del Ibex-35, implicaron una caída del 2,42%. El índice no sólo se sitúa en los 9.313 puntos, uno de los niveles más bajos de los últimos 12 meses. Además, ha abierto las puertas al nuevo ejercicio bursátil con sus peores registros en una apertura de año desde hace 19 años. El 2 de enero de aquel 1997 perdió un 2,6%. Prácticamente todos los valores del selectivo cerraron en negativo, liderados por ACS (-4,4%), ArcelorMittal (-4,3%), Grifols (-3,8%) y OHL (-3,5%). Entre las grandes corporaciones cotizadas, Santander y Telefónica cedieron un 3% en cada caso, e Iberdrola y BBVA un 2%, respectivamente.

El retroceso del Ibex-35 no fue el peor entre los índices mundiales. Mucho más perdieron otros indicadores, como el Dax alemán (-4,2%), el Mib italiano (-3,2%) o el Cac francés (-2,4%).

Un gigante resfriado

Las caídas fueron mayores cuanta más dependencia tienen las empresas en cada uno de esos países de las exportaciones a China. Ni siquiera en el mercado norteamericano, el Dow Jones se libró de las pérdidas al dejarse un 2% en su estreno anual.

El gigante asiático ha vuelto a resfriarse y lo ha hecho de forma contundente. El dato del Indice Manufacturero de diciembre, peor de lo esperado y con síntomas de contracción al encontrarse en los 48,2 puntos frente a los 48,6 de noviembre, servía de excusa para vender en masa acciones de las bolsas chinas. El índice de Shenzhen, donde cotizan numerosas empresas de tecnología, se llegó a dejar un 8,1%. El retroceso se contagió a plazas como la japonesa o la de Hong Kong, que perdieron un 3%, respectivamente.

El problema de China supone un regreso al mes de agosto, cuando sus mercados registraron jornadas de pánico seguidas por sesiones alcistas incontrolables. Para Felipe López Galvez, analista de Self Bank, esta situación refleja que «la debilidad de la economía mundial y las presiones deflacionistas están dejando mermado a su sector manufacturero». Este experto recuerda la «dicotomía que vive el país» entre su sector industrial, que va abandonando, y el de servicios, al que se incorpora lentamente. También sostiene esta posición Matthew Sutherland, director de gestión de Producto-Asia de Fidelity: «Es verdad que el crecimiento chino se ralentiza, pero la calidad de esta evolución es mucho más importante». Este analista recomienda «acostumbrarse a que los mercados de renta variable serán muy volátiles a lo largo de todo el año». En el caso del Ibex-35, ya había asumido esta realidad desde que abriera sus puertas el 21 de diciembre, después de conocerse el complejo panorama político que habían arrojado las elecciones.

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