JOSEP M.ÁLVAREZ LIDER DE UGT
Un duro sindicalista partidario del derecho a decidir
Tiene fama de duro que aplica a propios y a ajenos al sindicato. Su fuerte carácter y la disciplina organizativa, que ha demostrado en el último cuarto de siglo en la dirección del sindicato en Cataluña, son algunas de las bazas que le han servido a Josep María Alvarez para alzarse con la secretaría general de UGT. Sin embargo, también dicen quienes le conocen que es una persona franca y directa. Quizás por eso su rostro no pudo —o no quiso— ocultar el cansancio tras una maratoniana jornada de elección cuando la mesa del 42 Congreso Confederal anunció su triunfo en la madrugada —o al amanecer— de ayer.
Pasaban las 5:30 horas y entre los abrazos y besos de felicitación de los compañeros, Alvarez se mostraba feliz, pero también aliviado después de una victoria más ajustada de lo esperado, apenas 17 votos, pese a haber llegado como favorito a la sucesión.
Otra de sus cualidades son sus fuertes convicciones. Algo que también Pepe, como se le llama en el sindicato, dejó claro con sus primeras palabras a la prensa nada más ser elegido líder de UGT en las que reiteró su respaldo al derecho a decidir.
Josep María Alvarez nació en el pequeño concejo de Belmonte (Asturias) en 1956. Con 19 años y tras haber estudiado una Formación Profesional se trasladó a Barcelona por las mayores oportunidades laborales que le brindaba el sector industrial. En 1975 se afilió a UGT al empezar a trabajar en la empresa Maquinista Terrestre y Marítima (la actual Alstom). Un año después fue elegido responsable de Acción Sindical en la compañía y desde entonces su escalada en la central. Así, en 1980 fue nombrado secretario de Organización de la poderosa Federación del Metal. Su gran salto lo dio en 1990 al ser elegido secretario general de UGT de Cataluña.