El horizonte se complica en 2017
Las previsiones pronostican un año complicado para España La vulnerabilidad de la economía nacional aumenta por los problemas internos y situaciones externas como el ‘brexit’.
d. valera | madrid
La economía española atraviesa las aguas tranquilas de 2016 gracias al impulso de los vientos de cola que le acompañan desde el pasado ejercicio, pero otea ya en el horizonte los nubarrones que se ciernen sobre 2017. Ninguna institución, ni siquiera el Gobierno, dudan de que el temporal llegará el próximo ejercicio. La gran incógnita es saber qué profunda será la desaceleración económica que ya pronostican FMI, la CE o la OCDE.
Una ralentización que dependerá, entre otras cosas, de la resolución de la incertidumbre política que permita cumplir los compromisos con Bruselas y del impacto real del brexit. El último en realizar un pronóstico fue el BBVA Research, que ayer revisó cuatro décimas a la baja su previsión del PIB y la situó en el 2,3%, aunque mejoró en la misma proporción el avance para 2016 hasta el 3,1%.
Un pronóstico más optimista que el del Gobierno, que situó el incremento del PIB en un «prudente» 2,9% este año, pero redujo la estimación al 2,3% en 2017. Una situación similar ocurre con el ritmo de creación de empleo, que podría ralentizarse como de hecho ha ocurrido en el segundo trimestre del año.
También el Banco de España insistió en los últimos boletines en una desaceleración de la velocidad de creación de empleo en los próximos trimestres. Sin embargo, el Gobierno sostiene que el paro bajará al 16,6% a finales del próximo año. El principal riesgo a nivel interno radica en la dificultad para formar un nuevo Ejecutivo y las consecuencias derivadas de ello.
La realidad es que esta inestabilidad no ha pasado factura todavía a la economía. De hecho, el PIB avanza a un ritmo superior al esperado y la financiación del Tesoro en los mercados de deuda sigue en mínimos históricos. Sin embargo, ese escenario de calma puede deteriorarse. «Aunque los datos de actividad no muestran desaceleración hasta el momento, lciertos riesgos externos e internos anticipa una ralentización durante los próximos trimestres», señala el documento del centro de estudios del BBVA.
Por todo ello, advierte de que «la vulnerabilidad de la economía española va en aumento». Además, España deberá acometer un importante ajuste de hasta 15.000 millones para cumplir con la nueva senda de déficit comprometida con Bruselas.
Ese será el coste de reducir un desequilibrio de ingresos y gastos del 4,6% que estima la Comisión Europea para 2016 al 3,1% de 2017. Un esfuerzo que puede conllevar un efecto negativo. El BBVA Research destaca que las medidas correctoras para cumplir con Bruselas «lastrarían» el crecimiento de la demanda interna, uno de los grandes motores de la economía.
Pero los problemas también vienen del exterior. El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, achacó las menores previsiones de crecimiento de 2017 a la «incertidumbre a nivel mundial» y señaló al brexit como responsable de la pérdida de dos o tres décimas el año que viene. Uno de los efectos de la salida de la UE de Reino Unido será la reducción del flujo comercial, aunque dependerá de las condiciones arancelarias que se fijen en esos intercambios.
Otro de los nubarrones que aparecen en 2017 tiene que ver con la desaceleración de la economía mundial, especialmente de los mercados emergentes como China. Estas economías pueden afectar sobre todo a países como Alemania y Francia, que a su vez son los principales socios comerciales de España. Asimismo, los precios del petróleo remontan poco a poco.
Pero no todas las noticias del exterior son negativas. La política expansiva del BCE todavía se mantendrá durante un periodo prolongado, lo que contribuye a calmar a los mercados y beneficia a países como España, cuya deuda pública se sitúa en el 100% del PIB.