AEROPUERTO
Teruel, parada y fonda de aeronaves
El aeródromo aragonés se ha especializado en mantenimiento y parking de aviones. El reciclaje de aeronaves crea más puestos de trabajo que el transporte de pasajeros
Cuando en el 2004 el ayuntamiento de Teruel y el Gobierno de Aragón proyectaron reconvertir 340 hectáreas de secano en campo de aviación, hubo dudas sobre la viabilidad del proyecto si se afrontaba como una nueva terminal de pasajeros y vuelos comerciales. Pero los gestores de la instalación en la campa de Caudé, en la que se invirtieron casi 50 millones de euros para una pista de 2,8 kilómetros y servicios complementarios supieron encontrar el nicho de mercado adecuado: zona de aparcamiento y mantenimiento de aviones de grandes aerolíneas. La empresa clave para estas actividades es Tarmac, filial de Airbus con sede en Tarbes (sur de Francia), concesionaria de la explotación de las instalaciones turolenses (su nombre técnico es PLATA, plataforma aeroportuaria de Teruel-Aragón) en la que da empleo a la mitad de los 150 trabajadores que prestan servicio directo en el aeropuerto. Este año prevé cuentas equilibradas, teniendo en cuenta que Tarmac abona un canon anual de 1,25 millones.
En los tres años de actividad en Caudé, se han registrado 1.200 operaciones de aterrizajes y despegues, en la función de zona de aparcamiento. Pero a esta finalidad principal se ha añadido paulatinamente el mantenimiento de aeronaves. Los principales usuarios son aerolíneas no europeas, dada la saturación que ya acumulan otros centros europeos similares al de Teruel. Ahora el siguiente paso es el de desmantelamiento de aeronaves y la creación de una escuela de pilotaje. El director del aeropuerto, Alejandro Ibrahim, ha explicado que "el reciclaje es una actividad que Tarmac ya viene desarrollando y ahora está ampliando capacidad en el aeródromo turolense para aumentar su actividad lo más pronto posible". La previsión es que ya sea posible antes de finalizar el verano, aunque hay que contar con que estas nuevas tareas requieren la autorización medioambiental, dado el tipo de materiales con los que se va a trabajar, como son aluminio, hierro, cobre y plásticos. Además, la presencia de combustible obliga a que se gestione de forma independiente por el peligro de incendio que supone. Experiencia en el tratamiento de queroseno ya existe, puesto que el aeropuerto también cuenta con un depósito con capacidad para 300.000 litros, que va a ampliarse.
En su corto tiempo de servicio, Caudé ha llegado a albergar 84 aviones a la vez. Ahora se invierten 1,3 millones para alcanzar la capacidad de acoger 120 aviones, sea para mantenimiento, modificación de cabinas y mejora de equipamientos, o la nueva capacidad de desmantelamiento y reciclaje.