El Banco de España apura a la banca a liquidar su ‘ladrillo’ en tres años
Luis María Linde da un ultimátum al sector financiero para que coloque sus activos.
j. a. bravo | madrid
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, no quiere que se le recuerde por haber dejado que buena parte del ‘ladrillo’ acumulado por el sector financiero termine anquilosándose en sus balances. Por eso, optó por dar un ultimátum a los responsables de sus entidades para acelerar la colocación.
Es el mensaje que subyace tras revisar la circular 4/2016, centrada en las provisiones bancarias así como respecto a la denominada Central de Información de Riesgos. En ella se habla, por ejemplo, de cuestiones tan delicadas para las cuentas de las entidades como la «vida útil» de los activos o su «valor razonable».
Son parámetros que el supervisor usa para dar un empujón a los saneamientos de los bancos, que aún acumulan en torno al sector de la construcción un lastre algo superior a los 84.000 millones de euros. Los datos del Banco de España al cierre de 2015 revelan que, lejos de haber descendido, el peso de esos activos adjudicados en el conjunto de sus balances creció un punto el último año.
Desde el Banco de España, no obstante, prefieren no elevar el nivel de alerta en público y sostienen que la cifra de adjudicados «se ha mantenido estable desde diciembre de 2012», aunque para sus responsables ese supuesto equilibrio implica una diferencia de hasta 9.000 millones de euros en dicho período. Así, observan de forma positiva que haya descendido el peso tanto de los terrenos (el suelo), que ahora representan el 37,6% del total (medio punto menos que en 2014), como de los edificios terminados.
Lo malo es que, al mismo tiempo, ha subido la proporción de inmuebles procedentes de ventas fallidas de viviendas que terminaron en sus balances por impago de las deudas de promotores y constructores. Y lo ha hecho en casi dos puntos hasta llegar al 22,3%. Asimismo, el peso de los edificios en construcción sigue sin bajar y aún representa el 5% de todo el ‘ladrillo’ considerado «tóxico» que lleva arrastrando la banca.
La estadística del regulador financiero revela que, desde que la última gran crisis fue un hecho innegable para todos (2009), las entidades financieras solo han reducido su pesada losa inmobiliaria un año. Fue en 2013 y, además, gracias a los traspasos masivos que hicieron de sus activos al llamado ‘banco malo’, la Sareb, lo que permitió aligerar esa carga en 25.000 millones en 12 meses (de 100.000 a 75.000 millones).
Por eso, en la nueva normativa que entrará en vigor el próximo 1 de octubre el equipo de Linde se reserva la posibilidad de eliminar la recuperación de las provisiones hechas por la banca para los activos de ese origen que lleven más de tres años en liquidación. Se ha marcado este plazo, explican, porque «es un indicio inequívoco de que la entidad no tiene capacidad para realizarlos (venderlos) al valor razonable previamente estimado» en sus libros.