MasMóvil compra Yoigo en su avance para ser el cuarto operador
La Comisión del Mercado de Valores analiza la operación, valorada en 612 millones de euros.
El consejero delegado de MasMóvil, Meinrad Spenger, anuncia la compra de Yoigo. JUAN CARLOS HIDALGO
Lucía palacios | madrid
MásMóvil tiene como objetivo convertirse en el cuarto operador español de telecomunicaciones y día a día va dando pasos para conseguirlo. Ayer la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) inició el análisis en primera fase de la compra por parte de la compañía vasca de Yoigo, después de que la operadora solicitara su autorización el pasado 8 de agosto. Y lo hizo tan solo un día después de que la junta de accionistas de MásMóvil aprobara con plena unanimidad esta adquisición por 612 millones, además de la de Pepephone por otros 158 millones.
Así, el regulador ha abierto un expediente para el análisis de la operación, según consta en los registros de la CNMC. Este proceso tendrá una duración máxima de un mes, aunque podría alargarse y abrirse una segunda fase de análisis en el caso de que el organismo presidido por José María Marín Quemada encontrara indicios que le obligaran a solicitar información adicional. Pero si todo va bien, la compra de Yoigo por MásMóvil podría recibir el visto bueno definitivo a finales de septiembre o principios de octubre.
De ser así, se convertirá en el cuarto operador de telefonía móvil en España, sólo por detrás de los tres grandes del mercado: Telefónica, Vodafone y Orange, y en «el líder de los operadores alternativos, al margen de los tradicionales», en palabras del consejero delegado de la compañía telefónica, Meinrad Spenger.
Crecimiento progresivo
Para dar una idea del tamaño del nuevo MásMóvil, baste decir que con la integración de Yoigo y Pepephone le sitúa con 4,2 millones de clientes de móvil (el 10,5% del mercado) y 70.000 de banda ancha. Y si se habla de ingresos proyectados a 2015, se elevarían a algo más de 1.071 millones de euros.
La empresa vasca confía en ampliar a 2,3 millones el número de hogares con fibra hasta 2018, frente a los 733.000 a cierre de 2015, y se centrará en las poblaciones que tengan una escasa densidad demográfica, porque en estas la presión competitiva es menor.