Diario de León

El Gobierno confía en que Europa abra la mano con los presupuestos

El Eurogrupo asume la excepcionalidad española y se limita a pedir una prórroga en plazo.

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. MARISCAL

El ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. MARISCAL

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adolfo lorente | madrid

La jornada comenzó con el enésimo frente para el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos. Y esta vez, no pasaba por su otrora compañero de gabinete, el polémico José Manuel Soria, sino por Bratislava, donde entre este viernes y el sábado se reúnen los ministros de Finanzas del euro y de la UE. España ha vuelto a ser el país invitado al turno de preguntas de las reuniones europeas, así que interpelado sobre la imposibilidad de que Madrid envíe un nuevo presupuesto de 2017 antes del 15 de octubre, el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, sorprendió a todos asegurando que pese a lo dicho por su colega español, éste no le había comunicado nada en la reciente cumbre del G-20.

Pese a ese aparente desmentido, De Guindos volvió a sostener horas después que sí lo hizo. Al final, no obstante, y para evitar generar una nueva controversia se abogó por tirar del eufemismo ya habitual en este tipo de encuentros y se señaló sin más que la parálisis española «se trató brevemente durante una conversación informal».

Sin embargo, lo que mal empezó terminó algo mejor ya que el Eurogrupo asumió oficialmente la excepcionalidad española y se limitó a pedir a Madrid que presente una prórroga presupuestaria antes del plazo ya conocido del 15 de octubre. «No hay tiempo que perder», recalcó Moscovici.

Y es que mientras España está en funciones es mucho lo que está en juego en cuestión de pocas semanas. En julio se evitó prácticamente sobre la bocina una multa casi cantada de hasta 2.000 millones por no haber puesto remedio al desfase fiscal en 2015. Ahora, el país se arriesga a perder en torno a 1.000 millones en fondos estructurales de la UE que iba a recibir en 2017. Lo positivo es que el daño es reparable y España todavía está a tiempo de hacerlo.

Moscovici, que ha defendido la idea de que la paralización de los fondos estructurales es necesaria hasta que España concrete por escrito cómo va a cumplir con el 3% del déficit en 2017, se limitó a señalar que las medidas deben ser «sustanciales y suficientes». Según De Guindos, bastaría con dos. La primera, ya tomada, fue adelantar el cierre presupuestario a julio. Y la segunda, anunciada pero no consumada, es aumentar el importe de los pagos fraccionados del impuesto de sociedades y, sobre todo, anticiparlos. Con ello se pretende que las grandes multinacionales aporten en torno a 6.000 millones anuales que, a ojos de Bruselas, permitan financiar el déficit.

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