Diario de León

La inspección anticipó la debacle por la salida bursátil de Bankia

En el informe del Banco de España se avisó de que sería «un quebranto para el contribuyente».

Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, el día de la salida a bolsa de su entidad. DL

Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, el día de la salida a bolsa de su entidad. DL

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j.m. camarero | madrid

Ni el mejor futurólogo del mundo habría plasmado hace cinco años el camino que ha recorrido Bankia después de su polémica salida a Bolsa en julio de 2011. Sí lo hizo uno de los inspectores del Banco de España. Se trata de José Antonio Casaus, quien anticipó que aquella operación bursátil suponía «el primer paso para nacionalizar las pérdidas» entre los ciudadanos tras las ayudas públicas percibidas por la sociedad. Para este alto funcionario, tal y como estaba planteado el salto al parqué de la entidad financiera, era «algo injusto» además de «contrario a lo que pide la norma». Casaus llegó a mencionar términos como un «quebranto al contribuyente» para alertar sobre lo que finalmente se convirtió en un fiasco.

Las advertencias se encuentran plasmadas en cuatro correos electrónicos que Casaus envió en abril y mayo de 2011 a otros responsables del supervisor como paso previo al salto al parqué, que se materializará dos meses después.

Los avisos del inspector vienen motivados por la solución que se estaba planificando por entonces para que el banco cotizara en el mercado bursátil. José Antonio Casaus se mostraba contrario a que sólo la filial Bankia saliera a Bolsa, y no lo hiciera el grupo BFA —la matriz— en su conjunto. Porque si no se realizaba como un banco único, Bankia «será vendida a un tercero por menos de lo que podría conseguirse» y, sobre todo, porque BFA «tendría que poner más capital para pagar al resto de acreedores». Sin embargo, la salida a Bolsa del banco único «evitará las pérdidas».

El inspector aconsejaba por entonces la búsqueda de un comprador para el grupo financiero «con suficiente músculo para afrontar el peso de su deuda». Para Casaus, ese intermediario debería ser «un banco a ser posible extranjero». Una opción que nunca se hizo realidad. El «cambio de control de Bankia» que no llegó habría tenido «un coste cero para el contribuyente», indica.

En los textos remitidos a otros profesionales del Banco de España, como su superior Pedro Comín, actual director adjunto de Supervisión de la institución, el inspector señalaba continuamente la precaria situación financiera que tenía Bankia. «A medio plazo, no es viable una estructura como la de BFA», advirtió en uno de esos correos.

Los análisis incluidos en los correos cuestionaban el futuro del conjunto de la entidad «por sus muy graves y crecientes problemas de rentabilidad, liquidez y solvencia». El inspector recordó la «debilísima y decreciente capacidad para generar resultados de forma recurrente». Y lo que era más importante para los depositantes: «la liquidez es su principal amenaza», si no hubiera sido por las ayudas públicas de 23.000 millones recibidas.

Los correos remitidos por el supervisor al juzgado número 4 de la Audiencia Nacional corroboran la declaración como testigo de José Antonio Casaus ante el juez el pasado 5 de septiembre. En esa intervención, el inspector ya se desmarcó en cierta medida de otros comparecientes, quienes mantenían que el proyecto de BFA-Bankia estaba integrado por «entidades fundamentalmente sólidas».

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