Sólo uno de los 62 imputados usa la última palabra en el juicio de las ‘black’
j.a. bravo | madrid
Miguel Blesa, Rodrigo Rato y otros 62 ex altos cargos de Caja Madrid y Bankia acusados por el despilfarro de las tarjetas ‘black’ enmudecieron este jueves ante el tribunal en la última sesión de un juicio que ha tenido en ocasiones claros tintes mediáticos. Solo uno, el exministro socialista Virgilio Zapatero (quien gastó casi 36.000 euros con la Visa que le dieron), usó su derecho a la última palabra antes de que este polémico caso que ha durado dos años y medio quedara visto para sentencia. Tanto Blesa, el presidente de la caja de ahorros que presuntamente montó este sistema irregular de sobresueldos (15,5 millones de euros, en general malgastados, entre 1999 y 2012) con tarjetas Visa Oro que repartía de forma discrecional, como Rato, su sucesor que mantuvo el modelo aunque más restringido, afirmaron a los magistrados que no tenían «nada que decir». Lo hicieron después de que el abogado de Gerardo Díaz Ferrán, la última de las defensas en exponer su informe final, pidiera que se tuviera en cuenta que el expresidente de la Ceoe no ha podido devolver el dinero porque está en la cárcel y sus empresas quebradas. Se quejó, asimismo, de que se pidiera para él el doble de pena (cuatro años) que a la mayoría de los acusados.
El único acusado que quiso hablar este jueves lo hizo precisamente «motivado por las últimas palabras» del fiscal Alejandro Luzón, quien llegó a plantearse retirar la acusación contra Zapatero pero no lo hizo por su «ambigüedad» al explicar los hechos. Por eso, el expolítico intentó «aclarar» su posición pidiendo al tribunal que tuviera en cuenta su «buena fe» reintegrando los fondos que usó y, en algún caso, incluso al poco de gastarlos como cuando devolvió 1.700 euros empleados en billetes de avión tan solo ocho horas después al considerar que no correspondían a un tema profesional.