Diario de León

El Grupo PSA pide tranquilidad a las plantas españolas tras comprar Opel

El fabricante galo adquiere la filial europea de General Motors por 2.200 millones de euros .

La responsable ejecutiva de GM, Ibarra, el presidente de PSA, Tavares, y el de Opel, Neumann. C. P. T.

La responsable ejecutiva de GM, Ibarra, el presidente de PSA, Tavares, y el de Opel, Neumann. C. P. T.

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j. m. camarero | madrid

Las más de 13.000 familias que viven directamente de su trabajo en algunas de las tres grandes fábricas de automóviles del grupo PSA (Peugeot-Citroën) y Opel en España respiraron ayer algo aliviadas tras escuchar las palabras del presidente del consorcio de origen francés, Carlos Tavares, cuando les instó a estar «tranquilos». Porque con una operación sobre la mesa en la que el fabricante galo se va a hacer con la filial de General Motors (GM) por 2.200 millones de euros, se activaron los peores temores entre los empleados directos e indirectos en Vigo, Zaragoza y Madrid -las ciudades donde se encuentran sus instalaciones-, conscientes de los peligros que puede suponer para sus intereses este tipo de integraciones.

Tras diseccionar las condiciones del acuerdo, Carlos Tavares aclaró que el grupo no prevé realizar el cierre de ninguna instalación, condicionado a que se cumplan los objetivos de eficiencia. La puntualización no es baladí porque PSA aclaró que tomarán como referencia factores como la ‘mejora de la calidad’, la ‘contención de costes’ y la ‘capacidad para responder a los retos’ productivos, para no tener que aplicar el bisturí en sus factorías.

Carlos Tavares señaló que «todo el mundo va a tener una oportunidad de demostrar que puede llegar a los estándares necesarios y así no se necesitarán cerrar plantas». Aunque en ningún momento de su intervención quiso comprometerse explícitamente a no reducir las plantillas.

La advertencia se produjo antes de que el máximo ejecutivo de PSA se pusiera en contacto con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para transmitirle un mensaje de serenidad e indicarle que la firma cumplirá en su totalidad los acuerdos firmados entre sindicatos y GM, la hasta ahora propietaria de Opel.

A pesar de la tranquilidad ofrecida, las matizaciones posteriores han llevado a los representantes de los trabajadores de la planta zaragozana de Figueruelas a templar su confianza. La presidenta del comité de la planta de Opel en la localidad aragonesa, Sara Martín, indicó que están «expectantes» ante el acuerdo de compra. «Todo acaba de empezar», afirmó como preludio a los nuevos acontecimientos que determinen el futuro de esa factoría.

El nuevo conglomerado será el primer fabricante de coches en España y el segundo en Europa, sólo por detrás de Volkswagen, al tener una cuota de mercado del 17%. El fabricante galo considera que la compra es una «extensión natural» de la cooperación entre ambos grupos. Pero lo que, por ahora, asume PSA es una marca, Opel, que arrastra unas pérdidas crónicas superiores a los 15.000 millones desde principios de siglo.

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