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La productividad de la economía cae un 0,2% por el lastre del ladrillo

La rentabilidad del factor trabajo, sin embargo, progresa hasta un 33% en tres décadas.

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León

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D. Valera | Madrid

Los problemas de productividad de la economía española han sido señalados desde hace años por los organismos internacionales. Sin embargo, la principal causa de este bajo rendimiento se debe en su mayor parte a los bajos resultados de las inversiones de capital, cuya eficacia se ha reducido un 45% desde 1980 por culpa, sobre todo, de la excesiva apuesta por el ladrillo.

Por contra, la productividad del trabajo en ese mismo periodo ha avanzado un 33%. Al menos, así se desprende del estudio presentado ayer por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). En los últimos 30 años el PIB de la economía española se ha incrementado un 75% (una media del 2,2% al año), pero la productividad se ha reducido un promedio del 0,2% anual. El informe señala como responsable de este problema a la trayectoria negativa de la inversión del capital, tanto material (infraestructuras, vivienda, maquinaria...) como inmaterial (I+D+i). El documento resalta que este bajo rendimiento se debe a la «sobreinversión» en activos inmobiliarios durante el ‘boom’ de la construcción. Y es que estas inversiones se basaban en expectativas de revalorización de estos inmuebles en el corto plazo, no por su productividad. Evidentemente, con la crisis su rentabilidad se desplomó por la caída de precios del sector.

Un análisis

Por contra, la productividad del trabajo ha tenido un mejor comportamiento, aunque insuficiente para reducir la brecha con la media de la UE-15. En cualquier caso, las medidas de ajuste derivadas de la crisis, como los despidos para reducir la plantilla o la moderación salarial, han permitido ajustar la rentabilidad en el empleo. Algo más complicado de hacer en el lado de las inversiones, según el documento.

De hecho, el fuerte hundimiento de los activos inmobiliarios tardará en digerirse. En concreto, la fuerte y malograda apuesta por este tipo de inversiones permanecerá durante largo tiempo en los balances de las empresas de forma negativa, ya que las naves, locales o bienes adquiridos o no pueden venderse o si lo hacen es a costa de pérdidas. En este sentido, aunque el ‘stock’ de capital se ha reducido en 10 puntos porcentuales desde 2007, los activos relacionados con la construcción todavía representan casi el 85%.

Otra causa de esta baja productividad se debe, según el documento, a las características del tejido productivo. Algo que afecta a la calidad de los proyectos y dificultan el aprovechamiento del esfuerzo inversor. Entre ellos se encuentra el tamaño insuficiente de las empresas, la especialización en actividades de bajo contenido tecnológico (véase la construcción) y el insuficiente capital humano de los equipos de dirección. Mejora insuficiente «La orientación de nuestras inversiones han sido claramente mejorables. No han generado el valor añadido que sería de esperar», explicó el profesor Francisco Pérez, director de investigación del IVIE. Sin embargo, la crisis ha supuesto un punto de inflexión.