El FMI insta a la banca a fusionarse contra cualquier atisbo de crisis
El organismo aboga por culminar la reestructuración con más integraciones contra la debilidad.
José María Camarero | Madrid
Lejos de apagarse, las voces de los organismos internacionales que claman por una nueva vuelta de tuerca en el sistema bancario se avivan para que el sector protagonice otra etapa de consolidaciones. El último ha sido el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos responsables insisten en la necesidad de que la banca española acometa fusiones como vía fundamental para impulsar una mejora en la eficiencia de las corporaciones.
La recomendación del Fondo, incluida en su Informe sobre estabilidad financiera global llega después de confirmar que el sistema tiene uno de las ratios más elevados de sucursales en relación con los activos bancarios disponibles. Y ello a pesar de que desde que comenzó la crisis en 2008, el parque de oficinas se ha reducido casi un 40%.
La institución comandada por Christine Lagarde reconoce los avances realizados por el sector en estos años de recesión, así como los resultados obtenido, pero considera que aún son insuficientes para despejar la más mínima duda ante una nueva crisis financiera. Y advierte de que «si no se resuelven los problemas, la combinación de bancos débiles, falta de acceso al capital y grandes cargas de morosidad impide que se culmine la recuperación y eso podría reavivar los riesgos sistémicos».
La referencia a las entidades de menor tamaño vulnerables también es una constante que llega desde otras instituciones como el Banco Central Europeo (BCE) en los últimos meses. La vicepresidenta del Mecanismo Único de Supervisión del BCE, Sabine Lautenschläger, indicó a finales de 2016 que los bancos europeos deben tener a realizar integraciones transfronterizas, aunque ya avisaba de que «no se debe hacer en la forma de dos bancos débiles», sino fuertes.
Nivel adecuado
Aunque el FMI alaba en su último informe «los progresos realizados» en el sector bancario, aconseja llevar a cabo toda una serie de medidas para «continuar garantizando un nivel de provisiones que sea el adecuado, mejorar la ganancia de eficiencia, que se fomenten los ingresos que no están relacionados con los intereses y que se aumente el capital de alta calidad». Al mismo tiempo, reconoce que la regulación «se ha fortalecido», la supervisión «se ha reforzado» y que «continúan los progresos para adaptarse a los nuevos modelos de negocio».
Uno de los protagonistas a los que apuntan todas las miradas en el baile de fusiones que se puede abrir a medio plazo es Banco Popular, aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, no quiso pronunciarse ayer sobre el futuro de la entidad. Se limitó a indicar que se trata de una firma «solvente y que no tiene problemas de liquidez», tal y como le indica el supervisor, según expuso en el Encuentro del Sector Financiero organizado por Deloitte y Sociedad de Tasación. Pero insistió en que el camino que tome la corporación, ya sea vía fusiones u otras alternativas, debe «pasar por lo que quieran sus accionistas». La única integración que se ha puesto en marcha es la de las dos entidades que se encuentran en manos del Estado: Bankia y Banco Mare Nostrum (BMN). De Guindos sostiene que este proceso dará lugar a la entidad «más solvente» de España.
Por su parte, el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez, señaló en la junta de accionistas del banco que «las entidades siguen transformándose y ajustando su capacidad».