El Gobierno resucita las ayudas para la adquisición de vivienda
Dará hasta 10.800 euros a los menores de 35 años que ganen menos de 22.300 euros al año.
J. A. Bravo | Madrid
El Gobierno ha decidido resucitar las ayudas directas a la compra de vivienda, dirigidas en este caso a los jóvenes ante los problemas que aún arrastra este colectivo para disponer de una casa en propiedad. En concreto, prevé conceder hasta 10.800 euros a fondo perdido para los menores de 35 años.
Esta cantidad, no obstante, no podrá superar el 20% del precio de compra del inmueble en cuestión. Asimismo, los beneficiarios de la ayuda deberán tener unos ingresos inferiores a 22.365 euros anuales (prorrateados en 14 pagas), lo que supone tres veces el indicador público de renta de efectos múltiples (Iprem).
Así figura en el borrador del nuevo Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 presentado ayer por el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, quien lo someterá a partir de ahora a consulta con las comunidades autónomas, los ayuntamientos y los distintos actores del sector inmobiliario. La idea es comenzar la tramitación parlamentaria del decreto en junio, a fin de que pueda entrar en vigor el 1 de enero de 2018.
Alquiler
Otro punto fundamental son las ayudas al alquiler, que llegarán a cubrir hasta el 50% de la renta y que incluirán a casas por las que se cobren hasta 900 euros mensuales frente al tope actual de 600. Con ello, según el ministro, se quiere compensar el «desequilibrio» de precios que se está viendo en algunos mercados. Respecto a los desahuciados, se les darán entre 150 y 400 euros para costear el alquiler, dinero sufragado entre el Estado (80%) y las autonomías (20%). Además, junto a la Sareb, la banca y las constructoras se establecerá un parque de viviendas en arrendamiento para ese colectivo y también para mayores de 65 años, a quienes se costeará hasta el 50% del alquiler o se les dará un tope de 200 euros al mes para suministros de la casa (gas, electricidad, agua...).
De otro lado, el regulador europeo de los índices bancarios (Emmi) ha desechado crear un nuevo euríbor porque tendría un impacto «excesivo» sobre el mercado financiero.