Un exejecutivo de la CAM deja en entredicho la versión de sus jefes
Afirma que los directores generales sí estaban al tanto del «deterioro» de la caja.
J. A. Bravo | MAdrid
Tan solo dos días de interrogatorios a los ocho ex altos cargos de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que juzga desde esta semana la Audiencia Nacional, acusados de conducirla a la quiebra en 2011, han servido para evidenciar las primeras grietas en su aparente unidad. Y es que según dejó entrever ayer quien fuera su director de Planificación y Control, Teófilo Sogorb, sus jefes y principales implicados en este caso podrían haber mentido el lunes al tribunal.
El no llegó a usar esos términos, aunque sí contradijo su versión autoexculpatoria de que supuestamente no sabían algunos detalles negativos, que luego resultaron esenciales, sobre la situación real de su balance. Sogorb dijo que ambos estaban «al corriente de toda la información», Roberto López Abad en su calidad de director general del Banco Base en el que intentó fusionarse la CAM con otras cajas y Dolores Amorós como directora general de la propia entidad levantina, cargo en el que sucedió al primero.
Los dos, insistió a preguntas del fiscal, eran «conscientes del escenario de deterioro», una problemática que a su juicio no solo afectaba a la CAM sino a todo el sector financiero. «Había problemas para cumplir el plan» estratégico de integración con otras cajas (lo que se conoce como fusión fría o SIP) que se debía presentar al Banco de España —finalmente dicha unión se frustró— y, además, sus cifras diferían bastante de las previsiones iniciales que manejaba la entidad.