La recuperación económica no consigue llegar al empleo juvenil
La crisis destruyó más de 2,5 millones de puestos ocupados por menores de 30 años.
L. Palacios | Madrid
El mercado laboral en España, pese a la mejoría que experimentó en este segundo trimestre, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), todavía sigue fuertemente deteriorado tras la crisis española que se llevó por delante más de 3,5 millones de empleos y dejó cifras de paro jamás vistas, con casi 6,3 millones de personas en 2013. En estos duros años, dos fueron los colectivos heridos de muerte y que aún están muy lejos de recuperarse de este duro golpe: los parados de larga duración y los jóvenes.
Y es que todavía hay 1.069.000 menores de 30 años en desempleo, pese a haberse reducido en 710.000 desde 2013. Esto supone que tres de cada diez quieren trabajar y no pueden, puesto que la población activa de este colectivo asciende a casi 3,6 millones. En la circunscripción de los que tienen entre 16 y 24 años, el porcentaje aumenta hasta el punto de que cuatro de cada diez están en paro. Y respecto al empleo, la cosa tampoco pinta bien. En la actualidad hay 2,5 millones de menores de 30 años trabajando, la mitad que antes de la crisis: en 2007 la cifra de ocupados en este colectivo prácticamente se situaba en los 5 millones. Con la recesión, el empleo entre los jóvenes se fue destruyendo a un ritmo tan vertiginoso, que en 2013 alcanzó un mínimo de 2,3 millones de jóvenes trabajando. A partir de ahí se inició —igual que a nivel general— una recuperación, pero demasiado tímida: apenas 13.500 en tres años. Sin embargo, los últimos doce meses ha pegado un enorme acelerón y se han recuperado 146.300 empleos. De cualquier forma, la realidad es que hay 2,4 millones menos trabajando que antes de la crisis y en cuatro años apenas se han recuperado 160.000 puestos.
«Literalmente se ha derrumbado el empleo joven y la recuperación es más bien parcial», denuncia el investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), Marcel Jansen. El también profesor de la Universidad Autónoma de Madrid critica las políticas activas del Gobierno, que —a su juicio— adolecen de «todos los fallos estructurales en el diseño», algo «imperdonable en un país con las tasas de desempleo que tenemos». Considera que cuando una persona está en dificultades, la salida se la tiene que elaborar él. «Desde los poderes públicos, las ayudas son mínimas, mal elaboradas y se limitan, si se tiene suerte, a un subsidio o prestación mínima», lamenta.
El experto se suma a las críticas que hace apenas unas semanas expresó la OCDE. España es el cuarto país con menor proporción de población empleada, tras Italia, Grecia y Turquía. Y es el segundo con mayor desempleo entre los 35 socios, con una tasa de paro del 17,8% en abril, pese a haber disminuido un 8% desde 2013. En lo referente a los jóvenes, el panorama empeora: el paro en las personas de 15 a 24 años se elevó en 2016 hasta un insostenible 44,5%, cuando la media de los países desarrollados se situó en el 13% y en Europa, en el 18,7%. España está muy lejos de los niveles de paro juvenil de Alemania (7%), Estados Unidos (10,4%), Reino Unido (13%), Francia (24,6%), Portugal (27,4%) o Italia (37,8%).