Constructoras, bancos y empresas energéticas se la juegan en México

José M. Camarero | Madrid

Cuando parte de la clase política acusa a los grandes bancos españoles de hacerse ricos a costa de sus clientes en las 17 comunidades autónomas donde operan ‘se olvida’ de que firmas como BBVA o Santander están consiguiendo grandes beneficios, sí, pero no por su actividad en el mercado nacional sino por su creciente presencia en el extranjero en general, y en México en particular. El banco presidido por Francisco González obtiene un 40% de sus beneficios anuales en el mercado del histórico país azteca, y la corporación presidida por Ana Botín, el 7% de sus cuentas. Y así ocurre, una tras una, en buena parte de las 5.800 compañías —no solo multinacionales, sino también medianas empresas— que se han ido instalando en un mercado con 127 millones de habitantes, que sigue en vigor. El gran desconocido mexicano se la juega hoy con la celebración de unas elecciones presidenciales que no suponen un paso rutinario en la democracia mexicana. El pronosticado triunfo de Andrés Manuel López Obrador, un candidato de izquierdas que ha levantado suspicacias entre la patronal, lleva a los propietarios de las compañías españolas a estar pendientes de las medidas que vaya a ejecutar con respecto a las promesas electorales.