La UE avisa a Trump de que si grava sus coches desatará una guerra comercial total
adolfo lorente | bruselas
La disputa arancelaria por el acero y el aluminio que está en vigor desde el 1 de junio, cada vez tiene más pinta de acabar siendo un simple juego de niños en comparación con la tormenta perfecta que se está fraguando al grito de «¡Es la guerra (comercial)!». La Unión Europea ha decidido pasar a la ofensiva y advertir a Estados Unidos de que si finalmente sigue adelante con sus planes de aplicar también aranceles al sector automovilístico, responderá con contundencia liderando junto al resto de aliados internacionales la aprobación de unas represalias que podrían afectar «al 19% de las exportaciones americanas».
La obsesión de Trump con el superávit fiscal de Alemania le llevó ya hace meses a impulsar una investigación para fijar si existe base legal para gravar los coches europeos. En teoría, estos trabajos terminarán en otoño, pero un tuit del presidente norteamericano fechado el 23 de junio hizo saltar todas las alarmas. «O dan marcha atrás o aprobaremos tarifas del 20% a los coches europeos», disparó.
Ante esta tesitura, Europa podía hacer cosas: esperar con los dedos cruzados a que Trump decidiese bajar su pulgar o, por contra, plantarle cara. Dado que la primera estrategia, la de la diplomacia y el sentido común, no ha funcionado en lo referido al acero y el aluminio (sufren aranceles del 25% y del 10%, respectivamente), Bruselas ha decidido cambiar el paso haciendo bueno aquello de ‘no hay mejor defensa que un buen ataque’. ¿Servirá? Lo dirá el tiempo.