Diferencias injustas
Desde UGT califican estas diferencias como «especialmente injustas», pues apuntan que «quien ha gestionado, garantizado y mantenido la prestación y calidad de los servicios públicos más esenciales durante la crisis han sido los empleados públicos y no un personal con un marcado perfil político y burocrático, contratado discrecionalmente por el Gobierno de turno y cuya eficacia, en la mayoría de los supuestos, deja mucho que desear».