Calviño: «Los sueldos son tan bajos que no se puede vivir del salario»
Asegura que está a favor de la austeridad si no pone en peligro el crecimiento y la estabilidad.
agencias | madrid
La ministra de Economía, Nadia Calviño, ha defendido que hay que luchar contra el «abuso» de contratos temporales y que estos «no deben servir para ocupar puestos de trabajo fijos con contratos ilimitados que se prolongan». «Los sueldos han bajado tanto que ya muchos españoles no pueden vivir solo de su salario», ha señalado la ministra en una entrevista con el diario alemán ‘Handelsblatt’, en la que ha criticado que los nuevos contratos «tienen una duración de tan sólo unos días, semanas o meses».
Para que mejoren los salarios, Calviño ha apostado por aumentar la productividad y la calidad del trabajo «sin que España pierda competitividad a nivel internacional». Además, ha subrayado que esperan que el paro «siga bajando gracias al crecimiento económico».
La ministra añade que está muy a favor de la austeridad», pero «sólo cuando no pone en peligro el crecimiento económico y la estabilidad».
La economía y las finanzas, argumenta la ministra, «sólo son sostenibles cuando un país es estable también desde el punto de vista social», y apunta que en los últimos años «se ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres» en España, y ha aumentado la pobreza infantil y el porcentaje de población en riesgo de pobreza. «Si queremos mantener nuestra economía social de mercado y evitar que los populistas ganen adeptos, tenemos que preocuparnos por que todos se beneficien del crecimiento económico», razona.
Calviño explica que el Gobierno español va a hacer «un esfuerzo» para reducir el déficit público hasta el equivalente al 1,8% del producto interior bruto (PIB) en 2019, cuando su pronóstico para el de este ejercicio —revisado al alza al acceder al ministerio— es del 2,7 %.
El Ejecutivo español aspira a lograr en 2019, por primera vez en más de una década, un superávit primario y a reducir el déficit estructural en cuatro décimas porcentuales, «eso en un país en el que el gasto público está claramente por debajo de la media europea y que en los últimos años ha reducido fuertemente el gasto en sanidad y educación».