Diario de León

NADIA CALVIÑO MINISTRA DE ECONOMÍA

«Plantear una guerra entre la gente y los bancos no es inteligente»

La ministra española de Economía, Nadia Calviño. STEPHANIE LECOCQ

La ministra española de Economía, Nadia Calviño. STEPHANIE LECOCQ

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adolfo lorente | san sebastián

Nadia Calviño (A Coruña, 1968) fue el fichaje estrella de Pedro Sánchez para convencer a Bruselas y a los mercados de que es de fiar, de que su Gobierno cumplirá con las sacrosantas reglas comunitarias. Gallega de nacimiento, ejerce como tal. Arrancarle un ‘sí’ o un ‘no’ es misión imposible. Responde a la gallega, sonriendo.

—Las nuevas previsiones de Bruselas confirman que España sigue siendo la potencia que más crece, pero también constatan que la Comisión no se cree el Presupuesto del Gobierno en lo referido al déficit. ¿Esperaban este varapalo?

—Es una evaluación preliminar en base a la información disponible en este momento. Que haya previsiones distintas no lo describiría como que «no se lo creen». España está en una situación relativamente especial porque no hemos podido enviar un anteproyecto de ley de Presupuestos, sino un plan presupuestario sin tener los Presupuestos adoptados, con algunas medidas en estado ni siquiera de anteproyecto de ley, como son los impuestos. Por eso la Comisión ha tenido en cuenta nuestras previsiones y es un signo positivo.

—En la presentación de las Cuentas, dijeron que con los presupuestos vigentes, y sin hacer nada, el déficit sería del 2,2%. Ustedes lo fijaron en el 1,8% y Bruselas dice ahora que será del 2,1%. ¿Se los creen?

—Nuestro plan presupuestario prevé una reducción del déficit público sustancial, un superávit primario en 2019, una reducción y ajuste estructural... Y nos parece que esto es lo que España necesita. Si finalmente debemos afrontar una prórroga presupuestaria el resultado sería un déficit y una deuda pública mayores. Insisto, yo no diría que «no se los creen».

—Sobre el salario mínimo, Bruselas advierte de que se pueden perder hasta 80.000 empleos. Una preocupación compartida por el Banco de España.

—La subida del salario mínimo se viene negociando desde hace tiempo y es fundamental para el cierre de las brechas sociales y de género que hay en nuestro país. El 70% de quienes lo cobran son mujeres. Se trata de una medida social importante para recuperar derechos. Además, no debe ser vista como algo aislado ya que el Gobierno va a impulsar un plan de choque con medidas a favor, por ejemplo, del empleo juvenil. Nuestro objetivo es que estas medidas tengan un impacto neutro sobre el crecimiento y la creación de empleo.

—Se habla mucho de ingresar, pero poco de recortar el gasto público.

—Subir los impuestos es una medida políticamente impopular que ningún gobierno quiere adoptar. Pero en este momento de crecimiento, y dados los desequilibrios heredados en materia de déficit y deuda, la política responsable es la que obliga a hacer ese ajuste estructural. Respecto al gasto, hay que recordar que un 60% se destina a sanidad, educación y políticas sociales, así que pedir recortes de gasto resulta gratuito. Este tipo de llamadas fáciles a recortar el gasto deben ser respondidas con una pregunta muy clara: recortar en qué.

—Cuando la Comisión y sus socios del Eurogrupo le preguntan si tendrán Presupuesto, ¿qué responde?

—Les explico cuál es la situación política y les traslado nuestra voluntad de aprobar unos Presupuestos que son los que España necesita.

—¿Eso es un ‘sí’ o un ‘no’?

—Les tenemos bien informados de cómo va evolucionando la situación y es lo que seguiremos haciendo.

—Ya han comenzado a abonar la idea de una prórroga presupuestaria gobernando a golpe de decreto, pero Iglesias ha dicho que o Presupuesto o elecciones. ¿Ve factible aguantar con ese desgaste hasta 2020?

—Estamos decididos a hacer todo lo posible por aunar las voluntades y lograr las mayorías necesarias para que haya nuevos Presupuestos. Es la prioridad, el ‘plan A’, el único escenario en que trabaja el Gobierno. La prórroga está prevista por el ordenamiento jurídico, no sería la primera vez que sucede, pero si sólo se prorrogan los gastos comprometidos por el anterior Gobierno y no se pueden llevar a cabo los ajustes estructurales por el lado de los ingresos, nos encontraremos con un déficit público superior en 2019 y una menor reducción de la deuda pública. —¿Políticamente compensa tener Presupuestos con el apoyo del independentismo catalán?

—Este Gobierno está decidido a dialogar y tiene la mano tendida con todos los grupos políticos. Desde el primer día está clara nuestra voluntad de proponer, negociar, actuar... En otras palabras, de gobernar.

—Todas las miradas están puestas en los partidos independendistas catalanes, pero también es clave el papel de un PNV que logró casi todo de Mariano Rajoy. ¿Cuántos ceros costará su apoyo?

—El PNV tiene una actitud muy constructiva, no sólo en lo que respecta a los Presupuestos. Su predisposición siempre es muy positiva.

—Por cierto, el Gobierno vasco cerrará este año con superávit pese a tener margen legal parar tirar de déficit. ¿Qué le parece?

—La disciplina debe ser un esfuerzo conjunto y es muy importante tener este entorno de compromiso y lealtad a todos los niveles de la Administración si queremos mantener la credibilidad de los mercados.

—¿La decisión del Tribunal Supremo sobre el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados es la peor que se podía haber tomado, incluso desde la óptica de los bancos?

—No soy quién para valorar las decisiones judiciales, que todos debemos respetar. Lo importante es la rapidez y la determinación con la que ha actuado el Gobierno para establecer un marco normativo que dé seguridad jurídica.

—¿Le preocupa esta suerte de barra libre instalada para arremeter contra la banca, teniendo en cuenta que es un sector extremadamente sensible para la economía?

—Plantear las cuestiones como un enfrentamiento entre los ciudadanos y los bancos no es inteligente y tampoco responde a la realidad, porque el sector financiero canaliza el crédito a familias y empresas. Hay que lograr un equilibrio y, sobre todo, garantizar la protección de los intereses de los ciudadanos, especialmente los más vulnerables.

—Italia no recula y está buscando el choque con la UE. ¿Teme el contagio de España?

—Si algo hemos aprendido durante la crisis es que la inestabilidad financiera en uno de los países puede tener un impacto sobre el resto.

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